El candidato demócrata a la Casa Blanca, Joe Biden, ha acusado este martes al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de no contar con ningún plan frente al coronavirus y ha cuestionado los plazos que el republicano ha fijado para el inicio de un proceso de vacunación, durante el primer cara a cara entre ambos de cara a las presidenciales del 3 noviembre.
Los primeros minutos del debate electoral han estado marcados por un estilo bronco, con constantes ataques, y en las que el moderador ha tenido que llamar la atención de ambos contendientes debido a las continúas interrupciones que se hacían.
La primera parte del envite ha estado centrada en el tema sanitario y en la gestión de la pandemia, la cual, ha dicho Biden, Trump no se ha tomado nunca en serio.
«¿Creen por un momento lo que les está diciendo?», ha interpelado directamente Biden a los telespectadores en relación al trabajo de la Administración Trump durante la crisis sanitaria de la COVID-19, que ha vuelto a ser calificada como «pandemia china» una vez más por el presidente estadounidense.
«Todavía no ha reconocido que sabía que esto estaba pasando, sabía lo peligroso que iba a ser en febrero y ni siquiera lo dijo», ha asegurado el candidato demócrata, quien ha acusado a Trump de «entrar en pánico», o de estar más pendiente del «mercado de valores».
«Es la misma persona que dijo que esto acabaría en Semana Santa, o que incluso te podías inyectar lejía», ha recordado Biden.
En relación a la vacuna contra la COVID-19, Trump se ha mostrado esperanzado de poder anunciar «en cuestión de semanas» los primeros tratamientos, algo que Biden ha cuestionado, expresando que hasta el propio presidente estadounidense sabe que los plazos más optimistas están fijados para mediados del año próximo.
La cuestión del uso de la mascarilla como también ha salido a relucir, con un Trump ironizando acerca de la utilización de esta protección «a todas horas» por parte de Bide. «Yo la utilizo cuando considero que es necesario, no como él, que cada vez que le ves lleva máscara, puede estar a 600 metros y tener la mascarilla más grande que he visto».
En ese sentido, el presidente Trump ha vuelto a defender la celebración de grandes mítines políticos, pese a las restricciones de algunos estados por la pandemia, ya que, ha dicho, no sólo «la gente quiere escuchar» lo que tiene que decir, ya que la enfermedad no incide de igual manera en celebraciones al aire libre.
«Si pudieras atraer a una gran multitud, habrías hecho lo mismo. Pero no puedes», le ha dicho Trump a Biden, quien considera «muy irresponsable» esta actitud mostrada por el el inquilino de la Casa Blanca en las recientes concentraciones republicanas de Tulsa, Oklahoma, o Arizona.
Ambos han vuelto a evidenciar sus diferencias en cuanto a la gestión de la pandemia, en especial en el plano económico. Trump ha vuelto a insistir en que tanto Biden como el resto de gobernadores demócratas quieren «destruir la economía» manteniendo los negocios cerrados.
Sin embargo, Biden ha exigido a su oponente que se ponga a trabajar cuanto antes para «ocuparse de las necesidades del pueblo estadounidense y poder así abrir de forma segura».
«SÓLO UN ESTÚPIDO» PAGARÍA MÁS IMPUESTOS
El presidente de Estados Unidos también ha sido cuestionado por las últimas informaciones que el ‘The New York Times’ publicó acerca de que en 2016 y 2017 tan sólo pagó 750 dólares en impuestos sobre, después de haber estado una década sin hacerlo.
«Pagué millones de dólares en impuestos, millones de dólares en impuestos sobre la renta», ha asegurado Trump.
Sin embargo, ha reconocido que se ha servido de «ingeniería fiscal» para pagar menos impuestos, pues «sólo un estúpido no lo haría».
Las declaraciones de impuestos de Trump han sido un misterio desde que se presentó como candidato a ocupar la Casa Blanca, convirtiéndole posteriormente en el primer presidente de Estados Unidos en no ofrecer detalles sobre sus finanzas en décadas.
VIOLENCIA RACIAL
El candidato demócrata ha comenzado su intervención sobre esta otra gran cuestión de la sociedad estadounidense asegurando que Trump «alimenta» el odio racial y la división y le ha reprochado no haber hecho «prácticamente nada» por las minorías y el colectivo afroamericano.
Trump ha recordado a Biden que fue él quien en 1994 aprobó un proyecto de ley contra el crimen cuando era senador que perjudicó a la comunidad afroamericana y le ha acusado de estar en contra de la ley y el orden, así como de la Policía.
El presidente republicano ha estado insistiendo una vez más en que los disturbios que se produjeron tras los recientes episodios de violencia policial contra la comunidad negra, no fueron sofocados por las autoridades demócratas de los estados y ha acusado a Biden de entregar los suburbios a la violencia «anarquista».
«Lo que realmente es una amenaza para los suburbios y su seguridad es su incapacidad para lidiar con la COVID-19», le ha respondido Biden.
TRUMP, «LA MARIONETA DE PUTIN»
En materia internacional la tensión entre ambos ha crecido cuando Trump ha acusado de corrupción al hijo de Biden, Hunter, por su relación con un Burisma, una compañía energética ucraniana de cuya junta directiva formó parte.
«Eso no es verdad, mi hijo no hizo nada malo en Burisma», ha incidido Biden, quien también ha defendido a su hijo de las insinuaciones que ha lanzado Trump en relación a su pasada adicción a las drogas.
«Mi hijo tenía un problema con las drogas, pero lo superó y estoy orgulloso de él», ha dicho.
Por otra parte, el candidato demócrata ha subrayado que cuando ejerció como vicepresidente de Estados Unidos en la Administración Obama le dijo al presidente de Rusia, Vladimir Putin, que no se «doblegaría» ante él, a diferencia, ha dicho, de Trump, a quien considerado «la marioneta» del Kremlin.