El Foro de Calle en el combativo sector de clase media de El Trigal, en Valencia (tercera ciudad del país, Estado Carabobo, Región Central), realizado el martes 6, con el respaldo del Decanato de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Carabobo. El Foro de Calle en el combativo sector de clase media de El Trigal, en Valencia (tercera ciudad del país, Estado Carabobo, Región Central), realizado el martes 6, con el respaldo del Decanato de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Carabobo, lo asumí como una experiencia de comunicación política a ciudadanos con relación a temas económicos posicionados en la opinión pública.
Fue una buena experiencia, un muy útil aprendizaje y la oportunidad de ensayar elementos válidos para la acción política de los demócratas en el exigente momento actual.
Caló hondo mi frase de que “hay que desmontar la mentira oficial”, al referir que parte del trabajo político dirigido a la reconstrucción democrática del país pasa por combatir, en el plano de las ideas, la masiva, manipulada y engañosa campaña propagandística del régimen respecto a supuestos éxitos en su gestión. Es lo mismo que decir que a mentiras, debemos responder verdades.
El razonamiento de base de tal propuesta es que solo con el reconocimiento crudo y no engañoso de la precisa situación nacional actual y los problemas reales presentes resultará posible asumir certeramente las exigentes tareas de conducir al país a las condiciones, procesos y resultados que permitan la solución de su complicada situación actual.
En un plano más general, tal razonamiento y las acciones derivadas de él se enmarcan dentro de los planteamientos de nuestro Modelo de Gestión Política, que incluye la tarea de demostración de la superioridad cualitativa de la propuesta democrática frente al manejo del fulano Socialismo del Siglo XXI.
Ya hemos referido en estos espacios nuestra crítica a la insistencia del oficialismo sobre su supuesto “modelo económico exitoso”. Hemos mostrado los indicadores que nos dicen, sin lugar a dudas, precisamente lo contrario. Por ello, frente a la insistencia, evidencias.
Esta vez, en El Trigal, pasamos a otro nivel. Más directo, casuístico, relativo a los aspectos y manejos concretos de ese modelo y no a la mentirosa afirmación general de su supuesto éxito, lo cual ya hemos desmentido.
Hicimos referencia a dos temas: la reciente decisión de alza del salario mínimo y la ausencia general –en oficialistas y en la Mesa de la Unidad Democrática- de una posición profesional sobre el terrible problema fiscal existente en el país.
Sobre lo primero se me ha consultado ampliamente. Y con insistencia he respondido invalidando la opinión de que tales alzas son la solución al problema del deterioro del nivel de vida de los venezolanos. No solo no lo son, sino que además de no resolver, crean problemas adicionales.
Sobre lo segundo, libro una especie de Guerra de Murphy: una lucha en solitario contra todos (o casi todos). Sostengo que con independencia de las perversidades diversas en todos los ámbitos del sistema económico, el problema principal de la economía venezolana actual se ubica en los planos del gasto público y el menú para su financiamiento.
En el campo de la comunicación política, esos casos deben servir para realizar el trabajo completo: hay que demostrar que estamos mal; que solo aceptándolo podemos salir del problema; que, para ello, el análisis hay que profesionalizarlo y hacerlo exigente y que, colateralmente, hay que ganar para la causa democrática a los individuos y sectores que aceptan nuestras evidencias.
Ojalá, como sugería hace poco un par de amigos y compañeros de lucha, que eso pueda hacerse dentro de un plan comunicacional, desplegado en una estrategia con contenidos que tengan significado para el ciudadano común y motiven a la acción. De igual forma, en el contexto de una estrategia mayor, cabalmente estructurada, en sus contenidos, niveles, pasos y ámbitos.
Como dicho tantas veces, no es fácil confrontar con un adversario pletórico de recursos y sin escrúpulos para su uso. La lucha política que proponemos en nuestro Modelo debe estar al nivel de competir de tú a tú con la avasallante propaganda del más rancio estilo comunista. En ese campo, hay que partir de reconocer que son buenos. Y que nosotros estamos obligados a ser mejores.
Con lo planteado en este artículo, que pude colar al gran público el día siguiente en El Taxímetro, el muy escuchado programa de radio de Manuel Barroeta, en “Intensa”, una emisora local valenciana, disponemos de algunos conceptos útiles para la acción, pero la acción misma es mucho más exigente en condiciones, recursos y manejo.
Desmontar la mentira oficial, trabajar con la verdad, confrontarla con la mentira oficial, convencer de que el país está mal, tumbar las manipulaciones propagandísticas, manejar los problemas con los recursos del raciocinio y el instrumental de la ciencia, disponer del manejo técnico apropiado, incorporar las voluntades ganadas, etc., son algunos de los cometidos de la tarea de comunicación política por delante. Créanme que con verdades podremos ser definitivamente libres.
* Santiago José Guevara García
(Valencia, Venezuela)
[email protected] / @SJGuevaraG1