El 24 de octubre está a la vuelta de la esquina. Estos días sobrevuelan nubarrones en el horizonte de la suiza sudamericana. Hasta el momento había tranquilidad y se esperaba un final feliz con la inapelable victoria del Frente Amplio en las próximas elecciones presidenciales. El 24 de octubre está a la vuelta de la esquina. Estos días sobrevuelan nubarrones en el horizonte de la suiza sudamericana. Hasta el momento había tranquilidad y se esperaba un final feliz con la inapelable victoria del Frente Amplio en las próximas elecciones presidenciales. Sin embargo, han llegado las turbulencias en lo que hasta poco tiempo se avizoraba como un claro triunfo del expresidente Tabaré Vázquez.
Las últimas encuestas determinan que si las elecciones tuvieran lugar estos días, el 44% votaría al FA, sería el partido con mayor respaldo de los electores, pero alejado de la posibilidad de un triunfo en la primera vuelta. Además, la suma de votos de los principales partidos de la oposición, colorados y blancos, rondan el 49%, lo que podría pone en jaque a la coalición gobernante en el balotaje, de que de ser necesario se llevará a cabo el 30 de noviembre próximo.
El conocimiento de estos datos preocupó a la dirigencia de la coalición que gobierna Uruguay desde 2004, cuando Tabaré fue electo con el 50,54% de los votos. En 2009 lo sucedió el actual mandatario José Mujica quien debió competir en una segunda vuelta, luego de haber obtenido cerca del 48% de los votos en la primera ronda. Analistas interpretan que las cifras del sondeo muestran los problemas del FA para convencer a los votantes de centro.
A pesar de que, como fuego para la tribuna, las declaraciones públicas de la dirigencia frenteamplista destilan optimismo (mantienen la confianza de alcanzar un tercer mandato), en últimas juntas de sus órganos de conducción analizaron, no sin preocupación, la evolución de la campaña y rápidos de reflejos orquestaron una nueva estrategia política.
Tal es así, que en los intrincados pasadizos montevideanos, cada vez más inexpugnables, se comenta que la cúpula del FA saldrá al ruedo con el objetivo de captar prominentes figuras tanto del Partido Blanco, como del Colorado, situación que no hace más que confirmar la posibilidad latente de que la coalición gobernante no alcance el triunfo en octubre próximo.
La idea primaria, por cierto, es la de acercar un cuadro de figuras representativas capaces de arrastrar votantes de los dos partidos tradicionales del país.
Analistas, resaltan que, a pesar de la situación más que privilegiada del país respecto de sus vecinos de Sudamérica, su economía cumple un ciclo récord de crecimiento productivo y mejora del poder adquisitivo y nivel de consumo, inserción en mercados internacionales, seguridad jurídica. Como ejemplo concreto, la calificadora de riesgo Moodys eleva la calificación de la Republica Oriental del Uruguay a BAA2 posicionándolo al mismo nivel que Brasil y Perú, y por encima de Colombia, que califica BAA3.
Además en nota de prensa, señala que la mejora de la calificación se basa en el fortalecimiento del perfil de la deuda soberana de Uruguay , así como en los moderados riesgos crediticios y la reducción de algunas de sus vulnerabilidades.
La agencia de calificación añade que Uruguay tiene bajos riesgos de refinanciación de su deuda y reservas financieras suficientes ante un giro adverso de los mercados mundiales, soportando que la economía uruguaya está experimentando una rebaja ordenada y moderada de su crecimiento, sin disminuir por ello la tasa de inversión y la productividad.
Si nos retrotraemos cinco años en el tiempo el candidato frenteamplista transita un escenario evidentemente más problemático que entonces; hasta hace días era número puesto, hoy, la realidad es otra. Es más, como contrapartida del intento de captar de nuevos socios, se da por hecho que cantidad de simpatizantes de la coalición no están dispuestos a seguir renovándoles el crédito a la actual Administración.
Las últimas encuestas dan como resultado un electorado dividido en dos bloques de adhesiones similares, por lo que ninguno alcanza los números necesarios a los efectos de adjudicarse las presidenciales; por lo tanto, no existe duda alguna en los que apuestan que de acuerdo al manejo que se le imprima a la campaña pre electoral será factor determinante en el resultado final.
Tabaré Vázquez ya no es la estrella fulgurante de otrora. El dirigente político más popular desde 1990 padece hoy su liderazgo indiscutido. Sufre sacudones y ya le resulta más problemático retener su sitio de privilegio.
Momentos de definición. Los candidatos juegan sus cartas, apuestan sólo a ganador, sin margen de error. Octubre espera, como de costumbre la Republica Oriental del Uruguay, ejemplo democrático de la región.