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AMÉRICA EN FOCO...

Luz al final del camino

Sí, por fin un manto de sentido común abriga a la isla del Caribe, se ha puesto en marcha la normativa migratoria, que estipula que los ciudadanos podrán salir de la isla sin solicitar permiso a las autoridades.

Sí, por fin un manto de sentido común abriga a la isla del Caribe, se ha puesto en marcha la normativa migratoria, que estipula que los ciudadanos podrán salir de la isla sin solicitar permiso a las autoridades, situación catalogada como histórica y que ocurre por primera vez en cincuenta años de régimen castrista, con presentar el pasaporte es suficiente, el único motivo de negación serán razones de salud o de seguridad nacional.

Cuba le da la bienvenida a la tan ansiada flexibilización migratoria que elimina restricciones para los viajes de los cubanos al exterior y para las visitas de emigrados, de esta manera se dejan atrás tiempos de restricción y de costosos trámites migratorios, a partir de este momento los cubanos podrán viajar al exterior sólo con su pasaporte en regla y, si la situación lo amerita, con el visado correspondiente que exija el país de destino, tan simple como eso. Así, la administración de la isla ha determinado eliminar el tan cuestionado ‘permiso de salida’ o ‘tarjeta blanca’, necesario de obtener de las autoridades cubanas para dejar el país, además de una serie de documentos requeridos, por ejemplo la tan reconocida ‘carta de invitación’ la que debía de originarse en el país a visitar.

Otro punto realmente trascendente es la ampliación del tiempo que un cubano puede permanecer en el extranjero que pasa de 11 a 24 meses sin necesidad de prórrogas, la reciente normativa propone «normalizar las relaciones de la emigración con su patria» y flexibilizando una serie de condiciones dirigidas hacia los cubanos que emigraron, es así, que los que abandonaron definitivamente el país podrán viajar a la isla y permanecer durante 90 días sin prórrogas, un plazo que se amplía a 180 días si se trata de ciudadanos cubanos que tienen permiso de residencia en el exterior, conocido como «PRE»,. Aproximadamente viven en el exterior 1, 4 millones de cubanos, la mayoría de ellos, el 85,7% en los EEUU, la mayor parte en el estado de la Florida.

Salen a la luz los primeros pasos para permitir incluso la «entrada temporal» de emigrados que el Gobierno cubano consideró «ilegales», incluidos médicos y deportistas que desertaron o abandonaron el país en los años noventa.

Sin embargo, la nueva reforma migratoria mantiene aún limitaciones sobre los movimientos de los cubanos ya que las autoridades pueden denegar la concesión de un pasaporte por razones de «interés público», o de «defensa y seguridad nacional», entre los requisitos que se mencionan para obtener el documento, ante esta situación, en especial los sectores disidentes temen que al momento el filtro para abandonar la isla sea la expedición o validación del, pasaporte.

Vale recordar que con el objetivo de defenderse del «robo de cerebros» formados por la revolución, continúan algunas limitaciones para los viajes al extranjero de cuadros directivos, profesionales de la salud o la educación y atletas de alto rendimiento catalogados como “prioridad nacional”.

Emerge otra situación problemática para los cubanos que genera la reforma migratoria, es que dobla el precio del pasaporte: antes costaba 55 CUC (moneda fuerte, casi equivalente al dólar) y ahora habrá que pagar 100, en un país donde el salario medio mensual apenas llega a los 20 dólares.

Esta reforma migratoria había sido largamente esperada por la población que ve un sueño finalmente cumplido, sin embargo entre los disidentes, tal el caso de la líder de las Damas de Blanco, Berta Soler, y la bloguera Yoani Sánchez, que si bien declararon que anhelan viajar, mantienen el temor de ser privadas selectivamente de este derecho.

“La reforma migratoria es más de lo mismo, producto de que siempre va a existir un filtro, el Gobierno cubano va a seleccionar quien puede o no salir del país», dijo Soler.

Sánchez, en tanto, escribió en la red social Twitter: «La reforma migratoria no recoge las demandas del pueblo sino los deseos del Gobierno».

Vale reconocer que la promulgada ley migratoria juega como de lo más revolucionario implementado por el presidente Raúl Castro desde que sustituyó en el mando a su hermano enfermo Fidel, el que recordemos, impuso las primeras restricciones para salir de la isla en 1961, en medio de fuertes tensiones con los Estados Unidos.

A pesar de los cuestionamientos, dudas, incertidumbres, es menester reconocer que los acontecimientos dan una brisa de aire fresco que nada mal le sienta al ciudadano cubano.

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