Es en estos meses, cuando empieza el verano, que, a efectos prácticos, concluye, por lo menos, una época del año. Son momentos para hacer un balance de cómo han ido las industrias y la economía en general. Es en estos meses, cuando empieza el verano, que, a efectos prácticos, concluye, por lo menos, una época del año. Son momentos para hacer un balance de cómo han ido las industrias y la economía en general.
Recientemente se ha celebrado la Junta General Anual de UNESID (Unión de Empresas Siderúrgicas). Ahí, el presidente Gonzalo Urquijo, hizo un resumen de cómo era y de cómo se espera que sea en los próximos meses, la evolución de la industria del acero. Muchas de las reformas que propuso, valen también para cualquier otro tipo de industrias. Por ejemplo, pidió una profunda reforma del sistema de relaciones laborales. La siderúrgica tiene un porcentaje de empleo fijo muy superior a la media nacional e incluso al del sector público. “La industria necesita empleos a largo plazo, pero necesita igualmente flexibilidad interna, tanto en la reasignación de puestos de trabajo como en la organización de la jornada laboral”.
Se refirió también a la política energética, que sigue siendo una asignatura pendiente para el sector siderúrgico español. La tarifa eléctrica se ha convertido en un “recaudador fiscal” por conceptos que nada tienen que ver con el servicio, como las ayudas al carbón nacional o las primas a las energías renovables. La industria, además, deberá afrontar a partir de 2013 un aumento de los precios de la energía eléctrica. La Comisión Europea está estudiando los sectores susceptibles de recibir compensaciones por estos incrementos. Y la siderurgia es uno de estos sectores.
Por otra parte, se refirió a la siderurgia como uno de los motores de la innovación empresarial. Mantiene una firme apuesta por la innovación, tanto en el ámbito nacional como en el europeo a través de PLATEA, la Plataforma Tecnológica del Acero.
La producción de acero bruto en España se ha recuperado un 14% hasta alcanzar 16,3 millones de toneladas, lo que la sitúa en niveles del año 2003. La recuperación fue más intensa en la primera parte del año, cuando la necesidad de reponer los inventarios impulso la compra por parte de distribuidores y usuarios.
Ante la persistente debilidad de la demanda interna, las exportaciones han vuelto a constituir una parte sustancial de las entregas de las fábricas españolas al mercado. Su volumen aumentó un 19% y su valor un 39%. El consumo aparente de productos siderúrgicos superó de nuevo los 13 millones de toneladas, lo que supone un aumento del 12% respecto del año anterior, aunque con un comportamiento dispar entre los productos largos y los planos.
Señaló también el presidente que la industria hace frente a una avalancha regulatoria, europea, nacional y autonómica, que no contribuye a dotar de un marco legal estable a la actividad industrial.