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América en foco

Dinámica de lo impensado

Las previsiones en México y Brasil y la profundización de la crisis venezolana, jugarán como muralla de contención de la región.

FMI

El Fondo Monetario Internacional en su reporter WEO, Perspectivas Económicas Globales, en medio de la incertidumbre por la desaceleración de la actividad global y de condiciones financieras complejas de los principales países de la región, formuló sus proyecciones de crecimiento para América Latina y El Caribe en los próximos dos años, por debajo de sus estimaciones de enero pasado. de 1,4 en 2019 y de 2,4 por ciento para 2020, 0,6 y 0,1 puntos menos que las estimaciones actualizadas del pasado enero.

Causas, el empeoramiento de las previsiones en México y Brasil y la profundización de la crisis venezolana, jugarán como muralla de contención de la región. El debilitamiento producido en el segundo semestre del 2018 afecta directamente en lo proyectado para este año y el 2020. Además, redujo las expectativas de crecimiento de los gigantes de la región, Brasil y México, motores de la economía latinoamericana, proyectando modificaciones en relación a las divulgadas en octubre 2018 por el WEO. Estos cambios, reflejan movimientos alterados por los cambios políticos a los que se vieron afectados.

Brasil que se recupera por dejar atrás los estragos generados por la peor recesión de su historia, en 2015 y 2016 cundo su PIB, se contrajo 3,5 y 3,3 por ciento respectivamente, además el 2018 no fue para nada alentador, el PIB, se expandió sólo el 1,1 por ciento, tasa similar a la del 2017 y menor a los pronósticos del mercado, quienes basados en el congelamiento del gasto público establecido por la administración Temer, al asumir el poder a mediados del 2016 y la reforma laboral aprobada en el 2017, el crecimiento sería por lo menos del 3 por ciento, lamentablemente una inédita huelga de camioneros sumada a la incertidumbre político-electoral mostraron un impacto por negativo, así los analistas revisaron sus proyecciones determinando que las perspectivas de crecimiento rondaría el 1,5 por ciento.

Al momento el FMI estimó que el Producto Interior Bruto (PIB) crecería un 2,1 por ciento este año, un recorte frente al cálculo previo, aunque prevé un avance del 2,5 por ciento en 2020, atados a que la mayor economía de América Latina logre sacar adelante su anticipada reforma del sistema de pensiones. La principal prioridad en Brasil es contener el aumento de la deuda pública mientras se asegura que el gasto social necesario permanece intacto», subrayaron los expertos del FMI en su análisis.

En México, gobernado desde de diciembre por Andrés Manuel López Obrador, el FMI recorta su pronóstico de expansión del PIB, a 1,6 y a 1,9 por ciento para el 2019 y 2020 respectivamente, cifras 0,5 y 0,3 puntos porcentuales menos que su expectativa de enero pasado, gracias a la falta de certidumbre en sus políticas de gobierno.

Es así que la reducción en la estimación de crecimiento es soportado por el debilitamiento de la confianza, y al direccionamiento de las políticas con la nueva administración. El FMI destaca que en el país los diferenciales de la deuda soberana aumentaron, tras la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México -NAIM- sumados al retroceso en instrumentar las reformas energética y educativa. Ante este panorama se considera esencial evitar el retraso de las reformas estructurales, puesto que tal situación jugaría de manera negativa para la inversión privada sumado al crecimiento del empleo.

Bregó, mantener el plan de consolidación fiscal a mediano plazo, buscando una reducción aún mayor en el presupuesto, estabilizando la deuda pública, elevaría la confianza, fundamental en estas situaciones, que los mercados internos y externos acompañen, en cuanto a la política monetaria estiman permanecer acomodaticia con margen para reducir la tasa si el clima económico, así lo amerita, otro factor a tener en cuenta es la tensión comercial con EEUU de los últimos dos años «claramente» también ha afectado la rebaja en sus pronósticos.

Lamentablemente, el colapso económico en Venezuela sigue empeorando y el FMI espera que el PIB caiga un 25 % en 2019, siete décimas más que lo pronosticado en enero, debido a la «gran crisis humanitaria» que vive el país, la previsión de inflación en 10.000.000 % para este año, el mismo cálculo de hace tres meses, el índice ya aumentó un 929.789 % en 2018, según el último análisis de la institución multilateral, quien además subraya que el país caribe «genera un importante arrastre en el crecimiento proyectado para la región»,

Es así, que algunos analistas comparten la opinión de Oya Celasun, jefa del Departamento de Investigación del FMI, quien apuntó al «desplome» de la producción de petróleo de Venezuela como una de las principales razones de su caída, además de la situación socioeconómica. Veinte años luego de la llegada de Hugo Chávez Frías a la presidencia, Venezuela el país con las mayores reservas probadas de petróleo del globo, está inexplicablemente sumergida en una profunda crisis económica, denominador común la hiperinflación, escasez de alimentos y medicinas, sumados a la falta de agua y electricidad, y una producción de petróleo que cayó a la mitad desde el 2014.

Argentina, en tanto, se contraería un 1,2 por ciento este año, aunque el Fondo prevé una recuperación en el 2020 para arrojar un aumento de 2,2 por ciento en la producción bruta de la nación sudamericana. En lo que respecta a la predicción de la inflación el FMI considera, como resultado de «los salarios nominales más altos, el aumento de aranceles planificado y la subida de las expectativas de inflación» resultarán en un incremento del nivel de precios del 30% para finales de 2019, un 10% por encima de lo proyectado en la segunda revisión del programa de asistencia del organismo.

La situación, sin embargo, no afectará de la misma forma a la totalidad de los países de la región, Republica Dominicana encabeza el top tres con un 5,7 por ciento, Panamá 5,6 por ciento y Bolivia con un 4,3, son los países que experimentarán una mayor expansión económica. Países como Perú un 3,9 por ciento, Colombia y Paraguay ambos con el 3,5 por ciento y Chile 3,4 por ciento tratarán de equilibrar las perspectivas poco alentadoras de la región.

En cuanto a un contexto globalizado el organismo destaco la elevada incertidumbre respecto a las políticas económicas y las dificultades para alcanzar acuerdos en temas controvertidos como factor que está mermando la confianza en las naciones de economías emergentes. Las disputas comerciales entre potencias, las turbulencias políticas derivadas de la salida de Reino Unido de la Unión Europea y el enfriamiento de la economía China – el mayor consumidor global de los metales y granos que exporta la región- complican el panorama global y presionan la actividad en América Latina.

Sin embargo, dinámica de lo impensado como la política en estos tiempos, da una señal, los datos de comercio chino impulsan a los mercados financieros, en conjunto, con resultados trimestrales mejores a lo esperados, es así que datos del primer trimestre chino, podrían consolidar la pauta de que la economía a nivel global no se encuentra en una situación descendente como suponían varios especialistas, jugando con las variables, todo en medio de las especulaciones financieras y económicas, sin embargo se produjo un hecho que debemos destacar, es el de la postura prudente de los principales bancos centrales al momento en que la volatilidad de los mercados ha mermado bruscamente, han aclarado que muy probablemente durante el año no subirán tasas, además China y EEUU, estarían a las puertas de cerrar sus heridas comerciales, sumados a que es factible que los resultados trimestrales de la EUA superen las expectativas, si a esto sumamos la luz verde que la UE proclama a efectos de iniciar conversaciones comerciales con EEUU, tras meses de retraso gracias a la resistencia francesa.

Los gobiernos de la UE respaldaron aprobar los mandatos de negociación propuestos por la Comisión Europea, con el voto en contra de Francia y la abstención de Bélgica. igualmente se trata de una decisión que se toma por mayoría cualificada, la negociación recorrerá dos caminos: uno, reducir los aranceles sobre productos industriales y otro para facilitar a las empresas la demostración de que los productos cumplen las normas de la UE o de los EEUU.

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