No voy a referirme a la “salsa” del panameño Blades. Eso no se refiere, sino que se oye y se baila. Voy a algo mucho más profundo: la problemática nacional venezolana. No voy a referirme a la “salsa” del panameño Blades. Eso no se refiere, sino que se oye y se baila. Voy a algo mucho más profundo: la problemática nacional venezolana.
Los venezolanos democráticos actuales, si tienen alguna carencia es, precisamente, de decisiones. Mientras que el régimen y sus aliados, incluso los que se proclaman democráticos, aunque MUDos, siguen su “marcha triunfal” –su modelo “exitoso”- al desastre nacional.
Y hemos referido a la saciedad el por qué. Un aspecto, centralísimo, lo resaltamos en nuestro bastante leído análisis de fin de año sobre el tema económico nacional: “la anomalía mayor se encuentra en la sobredimensión, derroche y politización del gasto público. Hace mucho rato que el régimen irrespeta las implacables restricciones presupuestarias, con los problemas y costos por todos conocidos”.
En el más reciente affaire político nacional: el despido del cenozoico ministro y vicepresidente Giordani, condimentado con una acusadora carta, coincide –incluso en términos- con nuestro planteamiento arriba citado. Y lo hace con cerca de diez descalificativos de la actual situación y el manejo del tema del gasto público.
En la semana, previo al hecho, había hecho llegar a universitarios y otros sectores de opinión, una propuesta de análisis –y toma de decisiones- sobre la situación económica actual y las medidas de política económica global a tomar. O sea, cuáles fines plantearnos en la precisa coyuntura actual y con cuáles medios de política económica global procurarlos.
La respuesta fue desoladora. O yo no tengo liderazgo, o la propuesta es muy mala. O, lo que me diría mi abuelita: ¡que esos señores son unos irresponsables! Lo cierto es que la iniciativa pasó por debajo de la mesa y las decisiones a tomar siguen en el limbo.
Y eso que resulta que precisamente uno de sus temas principales de la propuesta –el mencionado arriba- es exactamente el que el despedido ministro y vicepresidente machaca con mayor insistencia en sus denuncias.
En la propuesta decimos que en este preciso momento del drama económico nacional debemos actuar para superar el colapso (que anunciamos desde enero) y revertir la recesión (en la cual ya estamos, como también hemos dicho, en contra del manejo convencional de esperar los resultados del segundo trimestre).
Es lo mismo que decir que debemos recuperar condiciones macroeconómicas y plantear al menos una estrategia de atenuación de la caída. Y proponíamos también, para un análisis subsiguiente, el asunto del crecimiento, que requiere de medidas adicionales.
Para todo lo anterior, consideramos un listado de siete tipos de medidas que la banca de inversión, el régimen y nosotros mismos hemos mencionado en las últimas semanas, para establecer, con ellos, un posible plan de ajustes macroeconómicos a ser planteado explícitamente.
Nada que ver. El liderazgo venezolano, cual lectores de “Hola”, está más dedicado a la anecdótica y al desollamiento o la alabanza del linaje revolucionario del personajete, que a entender las posibilidades políticas de actuación en este preciso momento, en términos de aprovechar sus infidencias y denuncias.
Pues, estamos convencidos de que en el momento actual, para superar el colapso económico del país y revertir la recesión en curso se debería hacer el anuncio explícito de un programa de ajustes macroeconómicos coherente, en el cual haya medidas de alivio de la presión fiscal sobre la sociedad y de mejoramiento de los costos y resultados de la acción estatal.
Para ello, primero: la consolidación desde ya de los diversos fondos de divisas de la nación, de modo que se permita incrementar las reservas internacionales y el recorte del gasto público excesivo, ineficiente y politizado. Con ambas medidas –y algunas complementarias- se atacan las manifestaciones más extremas de los colapsos cambiario y fiscal presentes.
Con ello en ejecución, el gobierno podría ir, en segundo lugar, a: 3) cambios en el Impuesto sobre la Renta y otros tributos y 4) aumentos de precios productos controlados y gasolina.
Y otras medidas que se han mencionado, es nuestro criterio, presentan problemas diversos y deberán esperar; tales como: 5) la corrección de la sobrevaluación de la moneda,6) el cese del financiamiento del Banco Central al gobierno y empresas públicas y 7) la unificación del tipo de cambio.
Hay que decidir. Y hay que actuar. Venezuela se hunde más. Y la pretensión del régimen y los negociantes de deuda es empujar para hundirla más. ¿Los dejamos?
* Santiago José Guevara García
(Valencia, Venezuela)
[email protected] / @SJGuevaraG1