Acepto gustoso la invitación de varios amigos y relacionados de la Mesa de la Unidad Democrática, con la cual no he tenido relación alguna, para facilitar, junto con mi respetado amigo médico, el “Ovejo” Domínguez, un taller sobre la crisis social actual, con miras a la elaboración de propuestas para la acción política de la sociedad democrática nacional. El país todo debe percibir que su vanguardia política democrática está dedicada a definir una propuesta que resuelva los problemas de la gente. Que han sido atroces y crecientes, como demostraremos, a pesar de la opulencia petrolera del Estado. O sea, de Chávez. Acepto gustoso la invitación de varios amigos y relacionados de la Mesa de la Unidad Democrática, con la cual no he tenido relación alguna, para facilitar, junto con mi respetado amigo médico, el “Ovejo” Domínguez, un taller sobre la crisis social actual, con miras a la elaboración de propuestas para la acción política de la sociedad democrática nacional. El país todo debe percibir que su vanguardia política democrática está dedicada a definir una propuesta que resuelva los problemas de la gente. Que han sido atroces y crecientes, como demostraremos, a pesar de la opulencia petrolera del Estado. O sea, de Chávez.
Con base en series cronológicas de consultas de opinión de Keller y Asociados, prestigiosa encuestadora nacional, puede afirmarse con propiedad que la opinión de la gente es que “en los últimos cinco años no se percibe ningún cambio positivo en la calidad de la vida sino, más bien, un deterioro progresivo”. Eso, a pesar del ‘boom’ petrolero y más de veinte trimestres de crecimiento.
La revisión, con ojos de especialista, nos muestra una tendencia creciente desde el primer trimestre del 2005 en la evaluación negativa de: desempleo (56% en el último trimestre evaluado: el tercero de 2009), pobreza (51%), corrupción (55%), costo de la vida (66%), situación de la economía (52%) y situación de la delincuencia (83%).
Pero no sólo eso. Las cuatro últimas muestran los mayores incrementos. O sea, un deterioro más acelerado. Y las dos últimas de ellas, la mayor aceleración en el año en curso.
Delincuencia (inseguridad personal-aumento de la delincuencia), inflación (alto costo de la vida-menos ingreso-inflación) y desempleo, ratifica Datanálisis, otra de las encuestadoras de prestigio, son los mayores problemas del momento. Es lo que acaban de decir los venezolanos.
La lectura profesional de ambas fuentes permite muchísima mayor información y argumentación a favor del criterio del terrible momento social que vive el país. Tanto, que obligó al Gobierno, después de una fase arrolladora, a una actitud distinta, de repliegue táctico. Definitivamente, la percepción sobre la situación del país es negativa.
Pero, tal como nos lo muestra nuestro INFOCAL, referido en artículos recientes, la situación relativa de las dos opciones políticas, ‘chavismo’ y no ‘chavismo’, es volátil.
El Gobierno juega, por razones tácticas, a un reacomodo al centro y un cambio de terreno del conflicto y lo que por razones de simplicidad llamamos la oposición, se engolosina en afanes electoralistas y no termina de mostrarse poseedora de una estrategia frente al oponente.
En ese preciso contexto recibimos la invitación. Pueden contar conmigo. Ya disponemos de la presentación para la ocasión. Ponemos el énfasis, respondiendo a los parámetros de los organizadores, en el avance hacia la disponibilidad de una propuesta que responda a los problemas de la gente.
Pero, lo hacemos –hay aquí una diferencia con las aproximaciones conocidas- en una línea que liga la o las propuestas, a una acción política integral y combinada, la cual reconoce la precisa situación de conflicto que vive el país.
Los problemas y sus propuestas de solución, definidos participativamente, no son un brochure para el adorno una campaña, sino el objeto combativo del discurso, la organización y la movilización, de una acción política que procura imponerse al oponente por la vía de anular su ventaja estratégica en un entorno de complejidad, dificultad y avance de un conflicto que hasta ahora le ha resultado favorable.
Los grandes y pequeños objetivos son sociales y políticos y no electorales. La derrota electoral de Chávez pasa por su derrota política. Eso debe suceder todos los días. No debe haber cuartel.