El dramático deterioro de la vida nacional venezolana se expresa ya en la desaparición o el corte temporal de los más básicos bienes y servicios. Venezuela va rumbo al quinto mundo,… ¡en medio de un “modelo económico exitoso”!, según dicen en el régimen. El dramático deterioro de la vida nacional venezolana se expresa ya en la desaparición o el corte temporal de los más básicos bienes y servicios. Venezuela va rumbo al quinto mundo,… ¡en medio de un “modelo económico exitoso”!, según dicen en el régimen.
Me ha tocado con la electricidad, el agua (corriente y embotellada), gas doméstico y combustible del transporte público (¡en la Venezuela gasífera, petrolera y refinadora!), repuestos de vehículos, transporte público y acceso a Internet; en mi caso, de la empresa de telecomunicaciones oficial. Esto último explica que haya entado en un tiempo de irregularidad en la entrega de mis artículos. Mis disculpas, por favor.
“Déficit”, el último publicado, tuvo varias interpretaciones de los amigos lectores. Para algunos, fue una inclemente –e inconveniente- crítica a la clase política venezolana, con especial saña hacia la dirección de la Mesa de la Unidad Democrática. Para otros, una especie de despedida elegante de la política de lucha contra la cada vez más abierta dictadura castro-chavo-madurista.
La situación venezolana –la introducción de este artículo es solo una pequeña muestra del drama- no admitiría lo segundo: Venezuela no perdonaría abandonar los afanes por la recuperación de la cordura y la normalización de su vida nacional. Y la crítica, sigue siendo necesaria, incluso a la dirección partidista opositora, por su displicencia o complacencia frente al régimen.
Agréguese a ello la evidente mediocridad de su dirigencia. El diario de mayor circulación de la ciudad en la cual habito –el tercero en tiraje nacional- publica los domingos una larga entrevista a personajes diversos. El último correspondió al líder de la MUD, Ramón Guillermo Aveledo. Soy su crítico desde tiempo atrás. Pero, esta vez me asombró la acumulación de desatinos en tan corto espacio.
Cuando uno sabe que la Mesa no ha renovado dirigencia, que mantiene su cerrazón a sectores no partidistas, que se “cupuliza” cada vez más, que muestra una evidente asimilación al sistema, etc., no puede abandonar la diatriba. Lo cual no significa que no esté consciente de la imperiosidad de procurar e impulsar iniciativas unitarias nacionales. En el plano más profundo: el de la procura del mayor número de consensos entre los variados sectores sociales.
Y es eso andamos. Inicio el camino, más como iniciativa institucional universitaria, que como actividad política abierta, hacia una figura académica que permita “El impulso al manejo concertado de la problemática nacional venezolana, en todos sus esferas, ámbitos y niveles, con base en propuestas ingeniosas para la acción agregativa de varios de los distintos sectores relacionados, afectados o interesados”.
Lo que se propone “es algo muy concreto y práctico: trabajar, según los casos, en la línea de figuras tri, cuatri o pentapartitas, de políticos, ciudadanos, trabajadores, empresarios y técnicos, que puedan emular una organización más inclusiva, con la finalidad de asumir el análisis y el planteamiento de propuestas diversas a las situaciones enfrentadas en la crítica situación nacional.
Es tan sencillo como que los tres, cuatro o cinco sectores se organizan para actuar fijando posiciones y proponiendo soluciones a los problemas nacionales con los cuales se relacionan”.
Asentamos “(que) No albergamos dudas de que los aportes de los tres, cuatro o cinco sectores mencionados, por sus conocimientos específicos, su representatividad y la realidad de los acuerdos logrados, pueden colocar en la agenda política nacional un mucho mejor diagnóstico y una panoplia de soluciones más efectivas que lo que hasta ahora han podido los manejos excluyentes.
En adición, el valor de representatividad de una figura como la propuesta permite a la sociedad venezolana, agobiada por la deriva actual, disponer de un foro en el cual pueda lograrse un polo de opinión que alimente las agendas política, económica, institucional, etc., y permita el contraste de posiciones con los manejos polarizados”.
Lo que planteamos no les debe resultar desconocido. Hace poco escribimos, para ustedes, buena parte de los análisis y argumentos que sustentan la iniciativa. Venezuela debe recuperar la sindéresis: ni la locura destructiva actual, ni el manejo cupular y parasitario de la clase política “democrática” arraigada.
Que el Señor Aveledo maneje su ignorancia o manipule su relevancia, para decir, por ejemplo, que en el cambio de Chávez a Maduro hay una “transición”, nos informa de la urgencia de asumir la tarea que permita aflorar en los venezolanos los verdaderos afanes que debemos asumir en adelante.
Esos caminos deberán ser de auténtica unidad nacional y de sincero cambio transicional hacia la democracia y la realización que merecemos. Arranca uno de esos caminos, para el bien de todos y no de cúpulas destructivas o improductivas.
* Santiago José Guevara García
(Valencia, Venezuela)
[email protected] / @SJGuevaraG1