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Viva Suecia

El grupo murciano Viva Suecia, una de las joyas más ignotas del territorio ‘indie’ español parece a punto de emerger y abrirse paso hacia nuevos horizontes más poblados de público afín. Su reciente fichaje por la discográfica Subterfuge, un sello independiente ya clásico, puede ser el principio. El grupo murciano Viva Suecia, una de las joyas más ignotas del territorio ‘indie’ español parece a punto de emerger y abrirse paso hacia nuevos horizontes más poblados de público afín. Su reciente fichaje por la discográfica Subterfuge, un sello independiente ya clásico, puede ser sólo el principio.

El cuarteto formado por Rafa Val, voz y guitarra, Jess Fabric, bajo, Alberto Cantúa, guitarra, y Fernando Campillo, batería, acaba de lanzar un álbum, titulado ‘La Fuerza mayor‘ , que ha contado con la producción del líder de Paco Román, líder y alma mater de Neuman.

Román apostó desde el principio por las canciones de una banda, cuyo sonido e intenciones se encuadran a la perfección en las corrientes que marcan hoy la dirección de los grandes grupos de su género como Vetusta Morla, con sus guitarras mordientes, sus crescendos y el punto melancólico de unos teclados moderadamente oscuros.

Pero en las canciones de Viva Suecia no llueve sobre mojado. Quizá porque se benefician de unas letras intensas llenas de imágenes que funcionan bien e intenciones poéticas y del potencial de unos estribillos bien construidos que cumplen su misión y se adhieren con tenacidad a la memoria de los oyentes.

Además, su reciente presentación en una sala madrileña confirmó todas estas posibilidades, con el correspondiente llenazo de la Sala Costello. Una ceremonia de iniciación que suele ser la primera etapa obligatoria para los aspirantes a la gloria festivalera del verano.

Viva Suecia suenan más que bien, según testigos presenciales, y tienen un directo potente que avala los logros ya conseguidos en una trayectoria aún corta en años, pero marcada por una ascensión fulgurante. Tanto que, ahora que parecen a punto de llegar a la cima, también les cae algún que otro palo de la crítica ‘moderna’. Ya saben, eso son gajes del oficio.

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