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Venezuela pide ayuda a Rusia y a la OPEP

Nicolás Maduro, presidente de Venezuela

Venezuela va a solicitar una reunión extraordinaria de la Opep. Aunque debería hacerlo el ministro de Petróleo, Asdrúbal Chávez, será el ministro de Relaciones Exteriores, Rafael Ramírez, quien la pida Venezuela va a solicitar una reunión extraordinaria de la Opep. En estricto protocolo, a quien le corresponde hacer el anuncio es al ministro de Petróleo, Asdrúbal Chávez. Pero en las revueltas gubernamentales, se da el caso que el canciller Rafael Ramírez es quien todavía lleva la representación de Venezuela ante la Opep. Ramírez no pudo ser más claro la semana pasada: “vamos a pedir una reunión para defender lo que es un elemento fundamental de nuestra economía, que es el precio del petróleo”.

Lo ha dicho todo. Elemento fundamental. Así lo quiso Chávez. Y así se impuso. El país pasó a depender, en más de un 96%, de los ingresos petroleros. Y para peor, con poco margen de maniobra, sin exportaciones no tradicionales, con un aparato productivo desmantelado, deuda externa incrementada, servicio de deuda a la vista, con unas reservas financieras agotadas, y una PDVSA sin respuesta a corto plazo.

Ramírez soltó esta frase: “A nadie le conviene que los precios del petróleo caigan por debajo de los 100 dólares el barril”. Nadie se llama el gobierno de Maduro. El gobierno al que pertenece Ramírez. Y gobierno que es continuación de toda una era en la que él estuvo al frente de PDVSA. No se parece al mismo Ramírez que junto a Chávez prometía prosperidad por dos siglos de petróleo.

Podría ser así, si de las arcas del país no se hubieran esfumado 25.000 millones de dólares. Esta es la cuenta pequeña, porque ahora las otras cuentas incluyen la desaparición de los dólares de los distintos fondos que se supone existían y de los que sería posible disponer como colchón de ahorro. No hay ahorros. ¿Alguien se acuerda del Fondo de Estabilización Macroeconómica? Y aún no se ha dicho cuánto en realidad perdió PDVSA en el Banco Espirito Santo bajo la gestión precisamente de Ramírez. Se están pagando las consecuencias de años de derroche, regalos al exterior, y corrupción. Un millardito para acá, un millardito para acá, era una de las frases preferidas del fallecido Hugo Chávez.

Ahora Ramírez, cuyo discurso sigue afincado en política petrolera, se queja del impacto de la sobreproducción petrolera, impulsada por algunos países. “Niveles de sobreproducción que alcanzan los 2 millones de barriles de petróleo”. Y señala que a ello hay que agregar cierta “manipulación del precio” que persigue “crear problemas económicos a grandes países productores de petróleo”.

Tal vez Ramírez estaba admitiendo de manera implícita la estrategia de Estados Unidos contra Rusia. Ramírez no nombró en principio a los dos gigantes, Rusia y Estados Unidos. Pero luego viajó a Moscú donde dijo que se tomarían acciones conjuntas en defensa del precio del petróleo.

Pese a que se refirió a las sanciones impuestas contra Rusia, ha pasado por alto que Estados Unidos ha sufrido una revolución petrolera que lo ha llevado de ser importador a exportador de crudo. Como consecuencia, los precios han tocado niveles de 2010. Línea roja para Venezuela. Y aunque el factor Estados Unidos es clave, los expertos hablan de causas múltiples en las que se incluyen las perspectivas de la economía mundial, nada buenas en Europa; un tiempo de pocas tormentas en el Golfo de México, y la apreciación del dólar frente al euro. ¿Recuerdan cuando Chávez también ordenó cambiar las reservas del país de dólares a euros? De haber sido el bróker de cualquier banco de inversión, hoy estuviera pagando otras consecuencias.

Lo cierto es que el llamado de Ramírez suena como a un S.O.S. De hecho, la próxima reunión de la Opep ya estaba pautada para el 27 de noviembre. Pero Ramírez reclama algo más urgente. La Opep ha mantenido un nivel de producción en 30 millones de barriles diarios aunque ya se da por descontado la violación de las cuotas. Venezuela, la PDVSA que manejó Ramírez por más de una década, tiene poca capacidad de aumentar la producción. En todo caso se prevé una reunión de la Opep no del todo en calma. Si Ramírez va con una posición, en el Medio Oriente ya han alertado que se sienten bien con los niveles de producción y precios.

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