Uruguay ha amanecido hoy con una huelga general de 24 horas convocada por la central sindical PIT-CNT, a la que espera se adhieran alrededor de un millón de personas tras la convocatoria realizada por todo el país. Uruguay ha amanecido hoy con una huelga general de 24 horas convocada por la central sindical PIT-CNT, a la que espera se adhieran alrededor de un millón de personas tras la convocatoria realizada por todo el país.
El sindicato no convocó a los trabajadores a salir a las calles, pero sí llamó a interrumpir los principales servicios y actividades públicas vinculadas al transporte, educación, salud, justicia, sistema bancario, entre otros, algunos de los cuales comenzaron a afectarse en la noche del miércoles.
Desde que Tabaré Vázquez accedió a la presidencia en marzo de 2015, esta es la segunda medida de fuerza de carácter general y que tiene por reivindicación principal la modificación de las pautas salariales por parte del Poder Ejecutivo.
Para la central obrera es imprescindible que el Gobierno modifique las pautas salariales, así como que corrija el desfase entre los sueldos y la inflación para evitar la pérdida del salario real.
Durante un paro parcial realizado el pasado 29 de junio, el presidente del PIT-CNT, Fernando Pereira, llamó a cambiar las pautas salariales, y exigió la necesidad de revisarlas de nuevo para proteger el salario de los trabajadores, «porque si al trabajador le va bien, le va bien a las grandes mayorías».
A principios de este mes el Consejo de Ministros decidió de manera unánime mantener la vigencia de las pautas salariales para la negociación colectiva en los Consejos de Salarios, previstos para el segundo semestre.
En opinión del ministro uruguayo de Economía y Finanzas, Danilo Astori, el Poder Ejecutivo entiende que los actuales «lineamientos salariales son los mejores», y aseguró que adoptará las medidas correspondientes de presentarse un deterioro real de los sueldos.
Puntualizó que los salarios reales, tanto públicos como privados, siguieron creciendo en el país, «bastante menos que antes lo cual es lógico porque la economía se desaceleró».
Las demandas de los trabajadores incluyen también mayor inversión del Estado en el sector público para el desarrollo y contra los recortes en el orden social establecidos en la Rendición de Cuentas, en especial los que afectan a la educación y la salud.
Otras reclamaciones están vinculadas a la elaboración de leyes: contra la insolvencia patronal; otra que garantice cupos para personas con discapacidad en el sector privado; y una última que grave a las miles de casas vacías y fomente los arrendamientos.
