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Un rival de Sacyr avisó de que la española renegociaría el contrato del Canal en mitad de las obras

La suspensión de las obras de la ampliación del Canal de Panamá por los sobrecostos generados no ha resultado una sorpresa para la compañía estadounidense Bechtel, que perdió el concurso frente al consorcio que lideran Sacyr y la italiana Impregilo. La suspensión de las obras de la ampliación del Canal de Panamá por los sobrecostos generados no ha resultado una sorpresa para la compañía estadounidense Bechtel, que perdió el concurso frente al consorcio que lideran Sacyr y la italiana Impregilo.

Los cables de la Embajada de EEUU en Panamá, obtenidos por Wikileaks y analizados y publicados por el diario El País en 2010, ya mostraban cómo en opinión de Bechtel, la oferta de Sacyr de 3.120 millones de dólares (unos 2.300 millones de euros al cambio actual) no daba ni para “poner el hormigón”.

Bechtel había ofertado 4.200 millones de dólares y sospechaba que Sacyr, presidida entonces por Luis del Rivero, intentaría renegociar al alza el contrato al ejecutarlo, según estos cables, que muestran también que la victoria de Sacyr provocó la frustración de los diplomáticos estadounidenses. La embajada de EEUU incluso llegó analizar las posibilidades de que Bechtel impugnase el proceso, aunque ésta admitió que su baja puntuación técnica pudo deberse a un diseño demasiado innovador y no veía base para reclamar por esta vía.

Grupo Unidos por el Canal (GUPC), el consorcio liderado por Sacyr y la italiana Impregilo explicó ayer en un comunicado que ya ha enviado a la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) la nota preaviso de suspensión de la construcción del tercer juego de esclusas “ante los incumplimientos del contrato”. Esta ampliación del Canal de Panamá, con un importe de 3.118 millones de dólares, es uno de los mayores proyectos de ingeniería civil de la historia.

Según recoge Europa Press, el consorcio “no puede continuar una obra en la que se proyectan 1.600 millones de dólares en sobrecostos, que son responsabilidad del empleador, siempre bajo el contrato y las leyes panameñas y a pesar de que GUPC ha remitido diferentes propuestas específicas que la ACP ha rehusado discutir hasta la fecha”.

Ahora la ACP dispone de un plazo de 21 días para cumplir con los requerimientos solicitados, aunque mientras tanto los trabajos continuarán con normalidad, según GUPC, que está integrado además por la constructora belga Jan de Nuil y la panameña Constructora Urbana.

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