El juez Catta Petra Nego, del Tribunal Federal de Brasilia, ha anulado este jueves de forma cautelar el nombramiento de Luiz Inácio Lula da Silva como ministro de la Casa Civil del gabinete de su sucesora, Dilma Rousseff. El juez Catta Petra Nego, del Tribunal Federal de Brasilia, ha anulado este jueves de forma cautelar el nombramiento de Luiz Inácio Lula da Silva como ministro de la Casa Civil del gabinete de su sucesora, Dilma Rousseff.
Según fuentes judiciales que recoge ABC, el magistrado tomó esta decisión después de que Lula prestase juramento ante la que fuera su hija política. Unas horas ha durado el fundador del Partido de los Trabajadores (PT) al frente del también conocido como Ministerio de la Presidencia.
La intención de Dilma Rousseff de blindar a Lula y obtener su ayuda para hacer frente a la enorme crisis económica en la que se encuentra el país ha quedado, de momento, en agua de borrajas y coincide con otros acontecimientos. Como que se hayan dado a conocer unas conversaciones en las que Rousseff avisa a su predecesor de que le hace llegar el documento que justifica su elección como ministro, con el que queda aforado por si le detienen. O con el recuerdo de las palabras de hace casi 30 años de Lula en las que se quejaba que si un pobre robaba iba a la cárcel y si lo hacía un rico lo convertían en ministro.
Todo ello con las manifestaciones contra ambos mandatarios como telón de fondo y con la corrupción en la empresa estatal Petróleos Brasileños (Petrobras) siempre presente. Pues el nombramiento de Lula como ministro ha coincidido con que el juez Sergio Moro, enemigo acérrimo del expresidente, haya investigado su relación con el caso y lo haya puesto contra las cuerdas. Así las cosas, Rousseff prefirió blindarlo frente a posibles detenciones.
