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El anterior presidente cree que hay una ofensiva regional de las elites y que "Ecuador ya tiene un preso político"

Tras la condena a Glas, Correa denuncia que «probablemente, vayan a por mí»

Rafael Correa, expresidente de Ecuador

En la misma línea, el anterior presidente, visiblemente alterado, señaló que «Ecuador ya tiene un preso político» y relacionó la condena con una ofensiva regional de las elites y «lo que le pasa a Dilma, a Lula, a la propia Cristina».

Después de la condena que emitió ayer la Corte Nacional de Justicia de Ecuador al vicepresidente electo, Jorge Glas; el anterior presidente del país sudamericano, Rafael Correa, quien tuvo a Glas como su vicepresidente entre 2013 y 2017, ha denunciado que, ahora, «probablemente vayan por mí».


En una entrevista que concedió a CNN en Español, tras conocerse la citada sentencia, el expresidente ecuatoriano afirmó tener «las manos limpias y la conciencia tranquila»; pero, pese a apuntar que sabría defenderse, enfatizó que «ser culpable o inocente en el Ecuador de hoy es un detalle prácticamente sin relevancia». 

Y es que Correa, denunció que el citado proceso formaría parte de una ofensiva de «las elites» que al no aceptar «ser derrotadas durante 10 años consecutivos» y las políticas sociales impulsadas por los Gobiernos de izquierda latinoamericana que «incluso alteraron la geopolítica» han impulsado «toda una estrategia regional». Por ello relacionó la condena a Glas con «lo que le pasa a Dilma, a Lula, a la propia Cristina».

En esa misma línea, un Correa visiblemente alterado denunció que «Ecuador ya tiene un preso político. Se llama Jorge Glas» ya que, según argumentó, «todo este proceso ha estado lleno de regularidades». De esta forma, consideró que en el citado proceso «para empezar, no ha habido una solo prueba» y que «para continuar, los autores confesos fueron sobreseídos».

Asimismo, señaló que pese a que «Jorge Glas había cumplido sus medidas cautelares (como no salir del país), le pusieron prisión preventiva sin ningún argumento por una persecución política que busca apoderarse de la vicepresidencia de la República porque nuestra Constitución dice que después de 90 días se declara el abandono del cargo y se nombra un nuevo vicepresidente».

Por último denunció que a Glas se le ha aplicado un código penal derogado porque «con el nuevo le hubiera correspondido, un máximo de cinco años y habría suspensión de pena. Por eso le condenan por un código anterior, para que siga preso». Con todo, apuntó que cuando cambie la correlación de fuerzas «los partícipes de estas barbaridades tendrán que responder ante instancias nacionales e internacionales».

La Corte Nacional de Justicia de Ecuador sentenció ayer a Glas, quien ya había sido apartado de sus funciones por su compañero en la fórmula electoral, el presidente Lenín Moreno, a seis años de prisión por el delito de asociación ilícita en la trama de corrupción relacionada con el caso de los sobornos concedidos por la empresa brasileña Odebrecht a Gobiernos de toda América Latina a cambio de proyectos de infraestructuras.

De esta forma, la Fiscalía General del Estado había acusado a Glas de beneficiarse de 13,5 millones de dólares en sobornos de Odebrecht, a cambio de la adjudicación de cinco contratos de infraesturas entre 2012 y 2016, cuando él era responsable de sectores estratégicos durante el Gobierno del ex presidente Rafael Correa.

 

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