La onda folktrónica latina, por ponerle algún nombre, es una de las tendencias más pujantes del nuevo pop que llega del subcontinente, gracias a propuestas estimulantes y abiertas al mundo como la formulada por la banda mexicana Sotomayor. La onda folktrónica latina, por ponerle algún nombre, es una de las tendencias más pujantes del nuevo pop que llega del subcontinente, gracias a propuestas estimulantes y abiertas al mundo como la formulada por la banda mexicana Sotomayor.
El grupo toma su nombre del apellido de sus dos fundadores, los hermanos Paulina y Raúl, que se encargan de la programación, las voces y las percusiones y cuentan con el apoyo de Daniel Martinez ‘Topo’ al bajo y Edi Kistler en la producción.
Los ritmos andinos, la cumbia y los ambientes tribales que aportan las percusiones son sólo el punto de partida de la propuesta sonora de esta joven agrupación que ha plasmado sus primeras canciones en ‘Salvaje’, su disco de début.
A diferencia de otros grupos que practican estilos similares, en Sotomayor, tuvieron claro desde el principio que las texturas eléctricas que forman su materia prima, debían combinarse con sonidos acústicos procedentes de instrumentos reales.
También que el formato ‘canción’ era perfecto para desarrollar sus inquietudes. Por eso, el latido bailable de sus temas, muy indicados para las pistas de vanguardia, aparece acompañado siempre por melodías aptas para ser cantadas.
Estas características propias les aportan la singularidad necesaria para indiviualizar su propuesta en una escena muy competitiva y con algunas evidencias de principio de superpoblación. Pero Sotomayor no son otra banda más. Prometemos seguir sus pasos.
