La australiana Shirley Davis parece haber encontrado en España el camino hacia su particular tierra de las mil danzas. Todo gracias a la pericia instrumental de The Silverbacks y al apoyo de los activistas ‘souleros’ de Tucxone Records. La cantante australiana Shirley Davis parece haber encontrado en España el camino hacia su particular tierra de las mil danzas. Todo gracias a un encuentro casual con los activistas ‘souleros’ de Tucxone Records que se produjo en un concierto de la gran Sharon Jones. Y también, por supuesto, a la pericia instrumental de The Silverbacks.
El primer resultado de la venturosa alianza entre la efervescente vocalista de las antípodas y el solvente cuarteto español es un disco muy recomendable, titulado ’Black Rose’ que ustedes pueden degustar ahora mismo si así lo desean en la página de bandcamp del grupo.
Si por casualidad son aficionados a este estilo, como es mi caso, descubrirán allí un motivo más para seguir siéndolo. Gran parte del mérito, ya lo hemos dicho, corresponde a Shirley. Una cantante sobrada de técnica y de pasión con unos cuantos kilómetros de escenario acumulados en los circuitos de su país natal.
Otro tanto habría que decir de unos arreglos muy medidos que no se limitan a fotocopiar los hallazgos históricos del género se atreven a cruzar la línea del ‘afrobeat’ más canalla y van un poco más allá de las obviedades al uso, con la inclusión de. Un excelente trabajo de Eduardo Martínez, guitarrista y parte fundamental de The Silverbacks.
La banda se completa con el concurso de una sección rítmica solvente formado por el batería Jorge Suárez y el bajista Diego Miranda y con Lucas Duplá al piano y al órgano. Un combo sólido reforzado aquí por The Roaring Tigres, la sección de viento que integran el saxofonista Aarón Pozón y el trompetista Javi Martintxo.
Luego, para completar el sabroso conjunto, la oferta incluye unas canciones bien pensadas, con el punto justo de ritmo y melodía, responsabilidad de Marc Ibarz y Eduardo Martínez con alguna ayuda adicional de Diego Miranda y de Génesis Candela, que ha compartido las tareas de producción con Alberto “Tuco” Peces. Juntos han grabado un disco excelente que no debería pasar desapercibido. O eso pienso yo.
