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Sacyr comienza a cobrar su participación en el Canal de Panamá

La constructora española Sacyr Vallehermoso, que estos días se ha visto envuelta en una lucha con el presidente de la petrolera española Repsol, Antonio Brufau, a causa de la crisis económica y de la caída de los precios del petróleo, ha recibido un primer pago de 300 millones de dólares por su trabajo en las obras de ampliación del Canal de Panamá. La constructora española Sacyr Vallehermoso, que estos días se ha visto envuelta en una lucha con el presidente de la petrolera española Repsol, Antonio Brufau, a causa de la crisis económica y de la caída de los precios del petróleo, ha recibido un primer pago de 300 millones de dólares por su trabajo en las obras de ampliación del Canal de Panamá.

El pago que ha realizado la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) a Sacyr, líder del consorcio Grupo Unidos por el Canal (GUPC), es el primer anticipo de los tres establecidos y será utilizado para la adquisición de plantas de machaqueo, de hormigón, de enfriamiento de áridos y equipos de generación, así como equipos de movimientos de tierras y maquinaria auxiliar.

El Grupo Unidos por el Canal (GUPC) comenzó las obras el 25 de agosto, después de haber firmado a primeros de ese mismo mes el contrato de adjudicación por un valor de 3.200 millones de dólares.

La ampliación del Canal de Panamá es una de las grandes obras de ingeniería del siglo XXI que aumentará en un 40% la capacidad de tránsito de mercancías de las actuales vías marítimas que unen el Atlántico con el Pacífico y forma parte del programa integral de ampliación de la capacidad del Canal.

La constructora Sacyr, que es la mayor accionista de la petrolera Repsol, con el 20% del capital, ha vivido los últimos días una tensa lucha con el presidente de la petrolera, Antonio Brufau, por no estar de acuerdo con su gestión. La lucha terminó con el triunfo de Brufau al recibir un respaldo por unanimidad en el consejo extraordinario que le ratificó en su puesto.

Las tensiones entre Sacyr y la dirección de Repsol se desataron a la vuelta de las vacaciones del pasado verano. A causa de la crisis económica y de la caída de los precios del petróleo, Brufau comunicó al consejo que los resultados del grupo se verían afectados, lo que obligaría a la compañía a adoptar algunas decisiones, como el recorte de dividendos. Además, la constructora tampoco respaldó la demora en algunas desinversiones, como la venta de YPF.

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