Casi un perfecto desconocido para el público español y latinoamericano, sin embargo, Raul Paz triunfa en su Cuba natal y arrasa en Francia, un país que visitó a finales de la década de los noventa del pasado siglo y donde conserva una amplia base de fans. Casi un perfecto desconocido para el público español y latinoamericano, sin embargo, Raul Paz triunfa en su Cuba natal y arrasa en Francia, un país que visitó a finales de la década de los noventa del pasado siglo y donde conserva una amplia base de fans.
También es un autor respetado entre los profesionales de la canción. Y hay artistas como Marc Anthony, El Cigala o Pasión Vega que han compartido escenario con él y han cantado muchas veces sus canciones. Sin embargo su verdadero triunfo en la isla quizá se deba a una telenovela.
Desde que Paz compuso la banda sonora de ‘La Esquina’, el último culebrón de éxito de Cubavisión, su nombre se ha hecho popular en el país. De hecho, su última grabación, aún no publicada ya es fácilmente asequible en el mercado pirata de la capital cubana.
Su música, una especie de epílogo despolitizado del estilo de la vieja ‘nueva trova’ cubana, tiene pegada rítmica, melodías agradables y la virtud de integrar con suma facilidad las enseñanzas aprendidas tras muchas horas de escuchar a los ‘repentistas’ y a los ‘guajiros’ con otras querencias como el rock duro de Led Zeppelin o los aires del ‘reggae’.
Sin olvidar, por supuesto, la secciones de metal, características de la timba o la salsa neoyorquina. Con todos esos ingredientes y una poderosa intuición musical Paz ha ido construyendo su carrera paso a paso. Y no le ha ido mal.
Ahora quizá sólo le hace falta un bombazo, cantado por él o por cualquier artista de tirón, que le sirva para conquistar los grandes mercados globales. Cómo le acaba de pasar a su buen amigo Descemer Bueno, por ejemplo.
