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Piñera avisa de que 70.000 jóvenes pueden perder el año y los estudiantes aumentan la presión

El conflicto estudiantil sigue latente en Chile. La ruptura del diálogo entre el Gobierno de Piñera y los estudiantes se certifica esta semana con la convocatoria de un nuevo paro nacional para el jueves y el aviso desde las autoridades de que 70.000 jóvenes pueden perder el año escolar. El conflicto estudiantil sigue latente en Chile. La ruptura del diálogo entre el Gobierno de Piñera y los estudiantes se certifica esta semana con la convocatoria de un nuevo paro nacional para el jueves y el aviso desde las autoridades de que 70.000 jóvenes pueden perder el año escolar.

Piñera sigue sin conseguir atajar la conflictividad social que azota el país desde hace cuatro meses, cuando los estudiantes comenzaron sus movilizaciones por una educación gratuita y de calidad. El mandatario conservador ha avisado esta semana de que «es muy doloroso ver cómo 70.000 niños van a perder su año escolar, pero un presidente tiene que preocuparse por los tres millones y medio de estudiantes y escolares que necesitan iniciar el segundo semestre y seguir avanzando».

El ministro de Educación, Felipe Bulnes, en un guiño a los estudiantes para intentar rebajar la tensión, ha ampliado el programa que puede ayudar a esos 70.000 jóvenes a evitar perder el año. Bajo el nombre “Salvemos el año escolar”, a partir del 26 de septiembre los estudiantes que lo deseen pueden acceder al programa para recuperar clases y no repetir curso.

«Si hay algún establecimiento que tenga plan de recuperación que permita recuperar lo miraremos con el mejor interés para que puedan normalizar las actividades académicas. Es clave que los estudiantes vuelvan a clases lo más rápidamente posible», ha declarado el ministro.

Los estudiantes por su parte han anunciado un nuevo paro para mañana jueves, con el que pretenden continuar presionando al Gobierno neoliberal de Piñera, muy debilitado en las encuestas y cuya popularidad se encuentra en un bajo 26%. El diálogo parece roto de nuevo después de que el presidente rechazara aceptar dos de las cuatro propuestas de los estudiantes, que continuarán con las protestas.

El sistema educativo chileno ha sido heredado por la democracia de la dictadura de Augusto Pinochet y mantiene unas elevadas tasas que impiden a los estudiantes con menos recursos acceder a la educación superior. Si lo hacen, deben soportar varios años de alto endeudamiento para poder pagar sus estudios. Además, los estudiantes reclaman que el Estado se ocupe del sector, y no los municipios, y que la educación, una de las más caras del mundo también según la OCDE, sea gratuita y accesible universalmente para todos los ciudadanos.

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