¿Existe un grupo brasileño de rock, dispuesto a mantener viva la llama de la integración latina? Sí. Se llama Panamericana, como la gran carretera que une Alaska con Argentina. Y son buenos. Muy buenos. ¿Existe un grupo brasileño de rock, dispuesto a mantener viva la llama de la integración latina? Sí. Se llama Panamericana, como la gran carretera que une Alaska con Argentina. Y son buenos. Muy buenos.
Para empezar no son unos recién llegados. Se trata de un cuarteto formado por iniciativa del guitarrista Dado Villa-lobos, que fuera guitarrista de los poderosos Legião Urbana, en el que se integran otros tres instrumentistas, veteranos y solventes, que saben bien de qué va esto.
Se trata del bajista Dé Palmeira, antes componente de Barão Vermelho, el batería Charles Gavin, que era el responsable de las baquetas en Titãs y el cantante Toni Platão que se dio a conocer como vocalista de Hojerizah.
Y los cuatro se han propuesto dar a conocer en su país el inmenso legado de canciones inolvidables que han ido forjando los grandes artistas y compositores roqueros del subcontinente.
Tipos como Charly García, Fito Páez o Luis Alberto Spinetta, por nombrar a los más clásicos, cuyas canciones, desgraciadamente, pocas veces han superado las fronteras de su propio país de origen.
A partir de ahora, como poco, sonaran también en portugués, gracias a las versiones realizadas por Panamericana, que está a punto de publicar ‘Sur’, su primer álbum, en el que han decidido concentrarse en la música producida en Uruguay y Argentina.
Pero, prometen más entregas y ampliar su repertorio para que incluya canciones compuestas e interpretadas en muchos más países. Un esfuerzo loable que, gracias a la vitalidad y la capacidad instrumental de Panamericana, no se queda en una simple anécdota.