La primera protesta del año contra el Mundial de Fútbol de Brasil se ha saldado con un joven de 22 años con dos heridas de bala. El altercado, que tuvo lugar en el céntrico barrio de Higienópolis en Sao Paulo, revive el debate sobre la profesionalidad de la policía. La primera protesta del año contra el Mundial de Fútbol de Brasil se ha saldado con un joven de 22 años con dos heridas de bala. El altercado, que tuvo lugar en el céntrico barrio de Higienópolis en Sao Paulo, revive el debate sobre la profesionalidad de la policía.
Así lo comenta el diario español El País, que se pregunta como reaccionará el cuerpo de fuerzas del estado de cara al encuentro deportivo, donde se reunirán millones de personas. Teniendo en cuenta su comportamiento en grandes concentraciones, hay serias dudas al respecto.
Por su parte, el gobernador de Sao Paulo, Feraldo Alckmin, ha defendido la actuación de la policía de ayer, aunque obvió el ataque al joven (según los agentes, el chico llevaba un estilete y amenazó a la policía con él) y que los agentes entraron en un hotel del centro de la ciudad y disparó bolas de gomas contra quien se encontraba dentro.
Mientras que otros se posicionaron del lado del muchacho agredido, “era una agresión innecesaria”, comentó Carlos Weis, coordinador del Núcleo de Derechos Humanos de la Defensoria Pública de São Paulo. El investigador en seguridad pública, y ex-secretario en Guarulhos (Grande São Paulo), Guaracy Mingardi, manifestó que “el control de multitudes no se hace con armas”.
Otros han ido un paso más allá y ha señalado que la policía actúa según “el humor del gobernador, no tiene autonomía”. Así lo ha comentado Oscar Vilhena Vieira, profesor de derecho constitucional en la Fundación Getúlio Vargas y doctor en derechos humanos.
