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General Motors (GM) anuncia que trasladará parte de la producción que realiza en México a EE.UU.

Nuevo golpe de Trump a la economía mexicana

General Motors (GM)

General Motors (GM) anuncia que trasladará parte de la producción que realiza en México a EE.UU. Todavía no ha llegado a la Presidencia y Donald Trump ya es una auténcia pesadilla con efectos muy reales sobre la economía mexicana. Así, al igual que el ajuste que se prevé bajo su Presidencia en la política monetaria de EE.UU. ha supuesto una gran presión cambiaria sobre el peso; su anunciado aumento del proteccionismo comercial ha cambiado ya los planes de las mayores multinacionales del sector automovilísitco de su país.

Hoy mismo General Motors (GM) ha anunciado nuevas inversiones en EE.UU. por cerca de 1.000 millones de dólares y el traslado, en paralelo, de parte de la producción que realiza en México a Michigan. Una medida que tan solo implicaría la pérdida de 100 puestos de trabajo en el país azteca, pero que es un signo de que los tiempos están cambiando.

Unos tiempos que habían sido muy favorables para México que ha conseguido en estos años, gracias a los Tratados de Libre Comercio, convertirse en el séptimo mayor fabricante de automóviles del mundo y en el cuarto mayor exportador de este sector que aporta 750.000 puestos de trabajo a su economía, según los cálculos del Financial Times.

De esta forma, sin ni siquiera entrar en el peliagudo asunto de la construcción de un muro en la frontera entre EE.UU. y México que Trump pretende construir con cargo al presupuesto de este último país; el presidente electo está dejando bien claro que, en lo que de él dependa, la política comericial ya no será tan favorable al país azteca.

Es imposible no ver en este anuncio una reacción a críticas de Trump a GM y otras multinacionales estadounidenses del sector por fabricar sus vehículos en México para posteriormente importarlos a EE.UU. O con su amenaza de imponer un «gran impuesto fronterizo» a GM por ensamblar parte de sus compactos Chevrolet Cruze en México.

También es enormemente simbólico que la producción azteca se desplace a Michigan, unos de los tres estados clave del ‘Rust Belt’, tradicionalmente demócratas, en los que con su victoria por la mínima Trump consiguió anotarse el total de sus votos electorales que serían los que a la postre resultaron decisivos para imponerse a Clinton en la elección, pese a perder por casi tres millones de votos populares en el conjunto del país.

Quizá por ello, aunque el impacto del anuncio en realidad tiene gran parte de simbólico ya que hay que ponerlo bajo la perspectiva de que GM ya ha creado 25.000 empleos en EE.UU. durante los últimos años, a Trump sí le ha sido muy últil para hacer lo que se le da mejor: bravuconear en público.

Pese a que tanto su presuntos logros de «trabajos y plantas de automóviles» como de «grandes cosas» que estaría viendo la gente sean discutibles; hay algo que no está en duda. La economía mexicana sí se resiente por sus declaraciones.

Cabe recordar, en este sentido, que ayer mismo el FMI rebajó las proyecciones para México en 0,6 puntos porcentuales, tanto para 2017 como para el próximo año, con lo que quedaron situadas en el 1,7 y el 2,0%, respectivamente.

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