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Nueva oleada de deserciones de empresas de lujo en Argentina

Nuevas marcas dejan Argentina debido a las trabas a la importación. Ahora ha sido Montblanc la que ha decidido decir adiós a la Avenida Alvear de Buenos Aires, considerada por algunos como una prolongación de la Quinta Avenida de Nueva York, la Wangujing de Beijing o la exclusiva Place Vendome de Pa Nuevas marcas dejan Argentina debido a las trabas a la importación. Ahora ha sido Montblanc la que ha decidido decir adiós a la Avenida Alvear de Buenos Aires, considerada por algunos como una prolongación de la Quinta Avenida de Nueva York, la Wangujing de Beijing o la exclusiva Place Vendome de París.

Antes de ella ya lo hicieron francesa Louis Vuitton (la última antes de la conocida firma dedicada a la fabricación de plumas estilográficas) Ralph Lauren, Cartier, Escada, Calvin Klein e Yves Saint Laurent. Hermes parece ser una de las pocas compañías que aún sigue en la capital argentina y seguirá por allí hasta 2014.

Todas estas marcas llegaron a Argentina a comienzos de la década de los noventa, atraídos por una clase media incipiente que demandaba este tipo de productos. Según el periódico argentino Clarín, estas marcas tuvieron que soportar la crisis del 2002 y aguantaron el tipo, aunque también lo pudieron hacer por el turismo brasileño, que llegaba para hacerse con los productos del país al ser más baratos.

Primero las trabas a las importaciones y después la prohibición de girar los pagos por regalías y utilidades al exterior han sido los elementos decisivos para que las firmas decidiesen salir de la calle argentina.

Es significativo el caso de Louis Vuitton, que fuentes del sector toman como ejemplo. “Si ellos no han podido aguantar, está claro que el verdadero problema es el cepo cambiario y la imposibilidad poder realizar pagos al exterior”.

Aunque, según ha comentado Clarín, no es lo único que ha movido a los comerciantes a abandonar el barco, puesto que además, deben informar a la Unidad de Información Financiera de los datos de sus clientes por comprar mayores de 50.000 dólares. Y esos formularios deben estar respaldados por el gerente de la marca en Argentina.

La primera empresa en cerrar sus puertas tras tener que hacer públicos los datos de sus clientes fue Armani y una vez rota la veda, Salvatore Ferragamo, Polo, Cartier y Escada hicieron otro tanto. Antes había sido el turno de Versacce, Calvin Klein y de Yves Saint Laurent, que se encontraban en diferentes zonas de Argentina.

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