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No hay miedo…

Las potencias latinoamericanas mantendrán su apuesta por la energía nuclear. Algunos expertos, consultados por la prensa estadounidense, aseguraban hoy que las potencias latinoamericanas van a mantener su apuesta por la energía nuclear, a pesar de la catástrofe que se ha desencadenado en Japón. Un ejemplo serían Argentina y Brasil que, según estos analistas, están gastando miles de millones de dólares para completar las centrales nucleares que quedaron abandonadas en la década de los 80, y estudian la construcción de nuevas plantas.

Mientras en Chile, por primera vez, se contempla el uso de energía nuclear como una forma de diversificar su matriz energética y reducir el uso de las costosas importaciones de combustibles fósiles y la energía hidroeléctrica en zonas propensas a las sequías.

Las grandes potencias emergentes, en cambio, se han desmarcado de las reacciones anti nucleares que han protagonizado algunos gobiernos, como los de EEUU y Alemania. Las autoridades de China, India y Brasil han descartado paralizar sus planes, al menos por el momento.

“Nuestro país tiene mucha hambre de energía», dijo el presidente de la Comisión de Energía Atómica de India, Srikuman Banerjee, durante una conferencia celebrada ayer en Mumbai. Actualmente, el 40% de la población del país (1.200 millones de habitantes) carece de acceso energético. José Sarney, presidente de la Cámara alta del Congreso de Brasil ha dicho que los programas no se paralizarán,aunque habrá que tomar más medidas de seguridad.

En China, cuyo país mantiene el plan de expansión nuclear más ambicioso del mundo el secretario de Estado del Ministerio de Medio Ambiente, Zhang Lijun, dijo tras conocer la catástrofe nipona que las dificultades que atraviesa Japón no iban a alterar el calendario nuclear del gigante asiático.

Además, la crisis nuclear que se está desarrollando en Japón probablemente no detendrá ninguno de los proyectos que se están retomando en Latinoamérica tras dos décadas de permanecer estancados, aunque sí podría aumentar la oposición al desarrollo de nuevas plantas de energía nuclear, según The Wall Street Journal.

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