Perú se ha convertido en los últimos años en uno de las áreas más interesantes para el florecimiento de nuevos grupos de ‘música moderna’. Una realidad que Moldes, una original banda de rock psicodélico, ha venido a confirmar. Perú se ha convertido en los últimos años en uno de las áreas más interesantes para el florecimiento de nuevos grupos de ‘música moderna’. Una realidad que Moldes, una original banda de rock psicodélico, ha venido a confirmar.
El cuarteto formado por Katia de la Cruz, en los teclados y voz; Efrén Castillo, guitarra y voz; Ernesto Velarde, batería y Giancarlo Rebaglaiti, bajo; acaba de terminar su segundo disco ‘Aguas de Marte’ que su pone un paso más en la definición de su particular sonido.
El grupo se ha mostrado muy satisfecho de este álbum, que ha conseguido el beneplácito de la crítica peruana y que es el producto de más de dos años intensos, marcados por la experimentación y la búsqueda de nuevos horizontes.
El resultado final, además, ahonda en alguna de las constantes que han caracterizado a Moldes desde sus inicios, en los que ya llamó la atención del público más vanguardista de su país.
De momento, Moldes permanecen fieles a los ambientes cargados de capas de teclados y guitarras superpuestas, que se acercan al ‘noise’ más puro y arropan unas melodías sencillas y memorables encuadradas en los parámetros habituales del pop.
La banda ha comenzado a ‘explorar’ los grandes mercados latinoamericanos con una gira por Colombia que han saldado con buenos resultados y les ha permitido ‘probar’ la aceptación de su trabajo en un enclave distinto a Perú, su mercado natural.