El presidente Nicolás Maduro debe emprender nuevas reformas económicas en Venezuela, pero lo sigue retrasando por temor a que el coste político de las medidas acelere la caída de su popularidad. El presidente Nicolás Maduro debe emprender nuevas reformas económicas en Venezuela, pero lo sigue retrasando por temor a que el coste político de las medidas acelere la caída de su popularidad.
Así lo comenta el diario venezolano El Universal, que se hace eco de esta historia y señala el miedo que siente el presidente a que aumente la percepción de que el Gobierno ha perdido el control de la economía.
El ex ministro de Planificación, Jorge Giordani, ha manifestado que tras disparar el gasto en 2012 para impulsar la reelección de Chávez, a comienzos de 2013 le entregó al entonces vicepresidente, Nicolás Maduro, un documento que señala las áreas que deben revisarse para garantizar la transformación económica.
Según él, es necesario revisar aspectos como “los recursos dedicados a la seguridad social, las subvenciones a servicios públicos de primera necesidad (alimentación, electricidad, combustibles, agua, transporte, bienes de consumo masivo, servicios de vivienda)”.
A grandes rasgos, Giordani apostó un ajuste con reducción del gasto público en áreas que hasta ahora han sido vitales para mantener el apoyo al ‘Socialismo del Siglo XXI’, así como devaluación de la moneda e incremento de las tarifas de servicios públicos.
No solo lo ha pedido él, muchos analistas creen que estas medidas supondrían un avance para la devastada economía venezolana. Pero hasta ahora, el presidenta Maduro ha preferido una estrategia que busca mantener la popularidad con aumento del gasto público a través de la inyección de dinero sin respaldo que emite el Banco Central, la devaluación en cámara lenta y el intento de contener la inflación con la Ley Orgánica de Precios Justos que regula la ganancia hasta un máximo de 30% y refuerza las regulaciones.
