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Maduro propone más chavismo para acabar con la crisis del chavismo

Nicolás Maduro, presidente de Venezuela

Si el ministro Rodolfo Marco Torres implora que no maquillen cifras, es porque ya lo han hecho. Mientras Maduro esboza la solución al tema económico apoyándose en Einsten, las señales dicen que ha llegado el fin definitivo del modelo. Es ahora: O corren o se encaraman. Si el ministro Rodolfo Marco Torres implora que no maquillen cifras, es porque ya lo han hecho. Mientras Maduro esboza la solución al tema económico apoyándose en Einsten, las señales dicen que ha llegado el fin definitivo del modelo. Es ahora: O corren o se encaraman. Econométrica coloca en un mínimo de 150 bolívares al dólar pero con ayuda del FMI al momento de la unificación cambiaria.

El fin de semana fue muy movido para el Gabinete Económico de Nicolás Maduro. Todos tuvieron sus quince minutos de fama, empezando por Luis Salas, Vicepresidente del área económica, y terminando en Emma Ortega, Viceministra de Agricultura Urbana. Lastimosamente para ellos –y en especial para el país- comenzaron utilizando la artillería equivocada. ¿Por qué? Porque no hay absolutamente nada nuevo bajo la luz del sol. Porque diversos analistas ya habían asomado la posibilidad de que la nueva plana mayor ministerial (aunque no tan nueva) sería un poco más de lo mismo pero con diferentes nombres y nuevos cargos. ¿O alguien creyó que un sociólogo de la talla de Luis Salas podría pronunciar la palabra mágica “rectificación”? Más directo aún: ¿Acaso proponer la agricultura urbana no es redundar en las prácticas de Hugo Chávez hace algunos años? Pueden darse un paseo por los cultivos “organopónicos” de Bellas Artes y observarán los resultados.

Y la totuma para bañarse. Y los gallineros verticales. Y el “ahora sí” vamos a independizarnos del petróleo (Chávez dixit desde 1999 hasta 2012 y Maduro dixit desde 2013 hasta el día sábado). Y los pañales guayuco. Y la “leche Venezuela”. Imposible olvidar la Orimulsión, un invento de la PDVSA de 1985.Chávez dijo en 1999 que tenía unos proyectos con China para exportar Orimulsión. Y terminamos pidiendo mil millonarios tramos de financiamiento a ese país a cambio de petróleo. Me acuerdo cuando lo dijo en cadena nacional: “Vamos a diversificar la economía”. También lo dijo Maduro el sábado, como recién llegado a estos lares: “Llegó la hora de generar nuestra propia riqueza más allá del petróleo”.

Si mañana me preguntan cuándo fue que ambos presidentes lanzaron frases similares, tendría que devolver un correo con al menos una cita semanal desde 1999 hasta hoy. Trabajo de investigación imposible para una sola persona.

Pero como ya es costumbre, hay que cerrar el concepto con una de esas frases que uno no sabe si constituyen una burla, una idea a poner en práctica, o peor todavía: Mezcla de ambas. Que lo diga Emma Ortega: “Necesitamos lograr el máximo de producción de alimentos en el menor tiempo posible y con el menor impacto ambiental (…) solo es necesario un porrón. Si no se tiene uno, hay bastantes botellas vacías. Si no, se puede utilizar un tobo”. Fue muy condescendiente: En tiempos de crisis otorgó diversas posibilidades para la agricultura urbana de subsistencia. Porque hablar de agricultura urbana en un contexto como el actual, da cuenta de que estamos mucho peor de lo que alcanzamos a describir y de lo que ellos se atreven a insinuar.

Mientras la guerra de los afiches sigue vivita y coleando; mientras el ministro Rodolfo Marco Torres implora que no le maquillen cifras dando a entender que ya lo han hecho, y la Fuerza Armada se da golpes de pecho por unos cuadros que sacaron de un lugar donde jamás debieron estar, Maduro vuelve a la carga con un nuevo “tratado económico”. Y miren que en honor a la objetividad, esto sí es sui generis. Nunca había oído al Presidente hablar de Albert Einsten para explicar cómo va a resolver el problema económico que ellos solitos provocaron sin misericordia alguna. De paso, con ello, pretende ayudar a Emma Ortega en su idea sobre la agricultura urbana:

-En estos días vamos a lanzar los primeros elementos para retomar el plan de agricultura urbana, que tiene una potencialidad que se pierde de vista. Señora, hermanos, compañero, joven que me escucha: se pierde de vista las potencialidades de la agricultura urbana (…) nosotros estamos en la idea de Einstein de superarnos a nosotros mismos y de crear lo nuevo.

Se pierde de vista la potencialidad de la idea porque tal potencialidad no existe. Cuidado y también pierden de vista todas las gobernaciones para diciembre de 2016. Tenía razón el Presidente después de todo.

Pero hablando de economía en serio, el último pulso mensual de la firma Econométrica, advierte dos posibles salidas a la hora de la unificación cambiaria. La primera, con ayuda del FMI. La segunda, sin ayuda. Con ayuda del FMI, el tipo de cambio se ubicaría en 150 bolívares por dólar. Sin ayuda del FMI, saltaría hasta los 300 bolívares por dólar. También contempla otros supuestos, como el aumento de los tipos de interés activos y pasivos para contraer el consumo y estimular el ahorro. Pero nadie debe llamarse a engaños: Ambos modelos –y todos los modelos de economía- son ceteris paribus. En otros términos: Se basan en el supuesto de mantener “todo lo demás constante”. Y ese modelo no incluye a Luis Salas, Emma Ortega, Nicolás Maduro, y a la omnipresente tentación del poder. Porque poner en marcha una idea de esas, implica rectificar. Eso también conlleva a correctivos. Y los correctivos macroeconómicos siempre generan pérdida de votos. El contexto da para correr o encaramarse. Y el Gobierno no da señal alguna –ni una solita- de sentar cabeza y admitir que fracasaron.

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