Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Maduro confía en la OPEP para hacer frente a la crisis económica

Nicolás Maduro, presidente de Venezuela

El petróleo cae a 24 dólares y Maduro se limita solamente a anunciarlo. La economía se irá a un lugar donde ya nadie puede adivinar qué tan destrozados se encuentran sus indicadores fundamentales. Un trabajo de forenses y no de economistas. El petróleo cae a 24 dólares y Maduro se limita solamente a anunciarlo. La economía se irá a un lugar donde ya nadie puede adivinar qué tan destrozados se encuentran sus indicadores fundamentales. Un trabajo de forenses y no de economistas.

Grave. El panorama económico es mucho más grave de lo que se dice en los medios tradicionales. Otra vez se habla de default. El año pasado salieron bien librados, pero en 2016 el contexto es aún peor. Venezuela debe honrar compromisos de vencimiento de deuda por al menos 10 mil millones de dólares en febrero de 2016. Un tramo de la deuda que debe cancelarse en el período de precios del petróleo más bajo en los últimos 13 años. A ello hay que sumar la deuda interna con las aerolíneas, empresas importadoras de alimentos y las farmacéuticas, por citar tres casos emblemáticos. De las primeras, poco o nada se asoma sobre el pago de lo adeudado. De las segundas, ahí está Miguel Pérez Abad –ministro de Industria y Comercio- anunciando que se otorgarán “los dólares necesarios”, aún sin saber de cuál botija va a sacar tales recursos. Y de las terceras, al parecer, surge la idea de cancelarles a través de bonos de la deuda pública. Bonos que por cierto, van en caída libre conforme el Gobierno manda señales claras de no rectificar su política económica.

Pero más grave aún que la situación de los precios del petróleo –alcanzaron 24 dólares el día de ayer, el nivel más bajo en década y media-, es la actitud del Presidente de la República. De sus declaraciones frente a la marcha de los trabajadores de Pdvsa que partió desde La Campiña, hay un elemento que saltan a la vista: Anuncia el precio del barril de petróleo como un periodista de la fuente económica. Y luego apunta: “Es producto de la guerra de precios que hay que revertir (…) he ordenado al ministro Eulogio del Pino que reactive todas las gestiones ante la Opep (…) para que detengamos esta guerra de precios y recuperemos el mercado del petróleo”.

De lo anterior se desprende:

-Que el único plan del Chavismo C.A. estriba en cruzar los dedos para que sus gestiones por ante la Opep den los resultados que a ellos les conviene.

-Que lo anterior es el único plan del Gobierno. No hay otro. Si hubiera “ambiente” dentro del Palacio de Miraflores para sentarse a trabajar “con lo que hay”, no se hubieran atrevido a nombrar a Luis Salas como Vicepresidente del área económica. Un teórico de la guerra en todos los sentidos contra Nicolás Maduro. Un hombre que piensa que la inflación no existe, dándole una bofetada a todos aquellos que estudiaron la ciencia económica, a los que están estudiando y a los que piensan estudiarla. Si la inflación no existe, entonces tampoco existe la escasez. Ni la caída de los ingresos. Ni un problema de sobreoferta en el mercado petrolero. Tampoco existe el exceso de liquidez. Seguramente en algún momento insinuará que la liquidez nada tiene que ver con la crecida de los precios, que tampoco existe como ya se dijo. Que todo lo de Venezuela es una permanente lanzadera de misiles contra Maduro Ya lo han hecho otros voceros del Chavismo C.A. ¿Por qué no podría hacerlo él? Tras de sí, caerá todo aquello que pueda lograr Miguel Pérez Abad. El mercado come de señales. Y estas señales a muchos no les agradan.

-También hay que sumar recientes declaraciones de Luisana Melo, ministra de salud; y de Emma Ortega, ministra para la Agricultura Urbana. Ambas ministras quieren superar la ilustre marca de piedras fritas y colas sabrosas. Eso debilitará al Chavismo C.A. tanto como lo debilitaron Jacqueline Farías y Francisco Rangel Gómez con aquellas infelices declaraciones.

-Entonces la guerra institucional continuará. Y la economía se irá al sitio donde ya nadie pueda adivinar qué tan destrozados se encuentran sus indicadores fundamentales. Ya no sería trabajo de economistas, sino de forenses.

Y en esta batalla, nuevamente, la MUD tiene todas las de ganar. La gente en la calle sabe que no les permiten ejercer el Poder que corresponde según la Constitución. Que están siendo boicoteados. Y la MUD, si no logra detener el sabotaje abierto del Chavismo C.A., debe acariciar con más empecinamiento la idea de la salida electoral. De cualquier manera, aún sin saber qué hará la MUD, lo cierto es que el objetivo de “preservar la revolución” luce más complicado para las elecciones de gobernadores que para las parlamentarias. O votan en contra, o se abstienen.

Tan es así, que desde ya los partidos políticos están trabajando en las elecciones regionales, aunque primero deben pasar por un proceso de primarias para elegir al candidato único. En los estados donde la MUD perdió, ya algunos partidos trabajan en nuevos esquemas organizativos.

Más información

Scroll al inicio