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Los supermercados y las constructoras latinoamericanas, de moda entre los inversores europeos

Los inversores internacionales miran hacia América Latina desde que la crisis de la deuda azota Europa. La buena marcha de las economías del subcontinente ha hecho crecer el poder adquisitivo de sus ciudadanos, por lo que el contexto es propicio para un boom, el de la construcción, que ya se ha producido en países como Perú, donde existía un déficit de viviendas. Algo similar ocurre con los grandes supermercados y centros comerciales, que si bien se encuentran asentados en México o Argentina, tienen un gran espacio de crecimiento en otros países como Brasil. Deutsche Bank mira hacia los sectores del consumo y las infraestructuras latinoamericanos para este 2011. La apuesta de la entidad germana es más selectiva que en anteriores ejercicios para evitar los riesgos políticos e inflacionarios que sufren algunos mercados de la región. También se busca conseguir una mejor capitalización del crecimiento en los sectores más pujantes de Latinoamérica.

La recuperación de la crisis económica debe aún superar varios problemas estructurales y, sobre todo, ciertos temores inversores de los que Latinoamérica queda exenta por el momento. Sin embargo, el riesgo político existente en algunos países, la debilidad de la recuperación económica de la Zona Euro y un posible ‘rally’ inflacionista hace que los inversores deban ser más cautos a la hora de “jugar a las Américas”. Sin embargo los expertos de DWS Investments, división inversora de Deutsche Bank, no han querido dar nombres de empresas según sus criterios corporativos.

Según Pedro Dañobeitia, director general de DWS para Iberia y Latinoamérica, muchos de los denominados emergentes son ya “países en crecimiento” como indican sus tasas de evolución en producción industrial y en consumo. “Estos países son el motor del crecimiento global en 2011”, ha señalado Dañobeitia al mostrar las previsiones de crecimiento en PIB global para este curso. Según Deutsche Bank, el PIB mundial se situará en el 4%; mientras que la Eurozona crecerá un positivo 1,20% que, sin embargo, queda muy lejos del 6% que marcará el grueso de los emergentes.

El punto a favor de Latinoamérica frente a los mercados asiáticos en crecimiento lo juega la inflación. Mientras que en Deutsche Bank se auguran problemas por el incremento de precios para India o China no lo es así para el subcontinente americano. Además, se prevé un aumento en los tipos de interés de las principales economías de esta región que podría enfriar una eventual escalada de precios, sobre todo en la alimentación.

Tan sólo se escapan de estas apuestas Argentina y Venezuela, donde el riesgo político que perciben los expertos de Deutsche Bank es elevado para el inversor internacional. En estos casos, la apuesta por una exposición indirecta en empresas europeas y españolas con fuerte presencia en Latinoamérica parece ser el consejo más favorable para conseguir capitalizar el crecimiento de esta región.

La industria brasileña se mantiene como la principal apuesta de la entidad, ya que el crecimiento de este sector por encima de cifras previas al inicio de la crisis indica que “ya es una economía madura”. El petróleo, que podría alcanzar los 120 dólares por barril, también se configura como un elemento clave en el buen paso de la economía brasileña.

El sector de las infraestructuras en Chile es otra apuesta de la entidad alemana debido a los múltiples proyectos desarrollados por el Gobierno del país andino. Además varias empresas europeas tienen fuertes intereses en dicho sector, lo que las hace atractivas para poder obtener rendimientos con una menor exposición a los riesgos del país. El buen comportamiento del mercado bursátil de Santiago, que registra máximos históricos en las últimas jornadas, suma otro tanto a favor de su economía.

Los inversores internacionales miran hacia América Latina desde que la crisis de la deuda azota Europa. La buena marcha de las economías del subcontinente ha hecho crecer el poder adquisitivo de sus ciudadanos, por lo que el contexto es propicio para un boom, el de la construcción, que ya se ha producido en países como Perú, donde existía un déficit de viviendas. Algo similar ocurre con los grandes supermercados y centros comerciales, que si bien se encuentran asentados en México o Argentina, tienen un gran espacio de crecimiento en otros países como Brasil.

Dañobeitia ha señalado que este curso los inversores están más dispuestos a invertir su dinero en Latinoamérica que en Europa para evitar el miedo a la crisis de deuda y los malos augurios para con la moneda común. Este hecho potencia aún más el ritmo de crecimiento del subcontinente, ya que goza ahora de un mayor flujo de capitales que en los últimos años. Se conforma así un panorama optimista para los países latinoamericanos. Dañobeitia lo ha resumido con la sentencia de que “hay que estar ellos” para conseguir un buen 2011.

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