El traslado de los presos desde la ciudad de Quito a otros centros penitenciaros ha hecho que tanto familiares como reclusos hayan aunado sus voces contra el Gobierno de Rafael Correa. Llegaron a increpar al ministro de Interior, José Serrano, que llegó al recinto para supervisar el traslado. El traslado de los presos desde la ciudad de Quito a otros centros penitenciaros ha hecho que tanto familiares como reclusos hayan aunado sus voces contra el Gobierno de Rafael Correa. Llegaron a increpar al ministro de Interior, José Serrano, que llegó al recinto para supervisar el traslado.
Según comenta el diario El País, la principal queja que al haberse visto reducidas las visitas familiares de 24 horas a una hora y medio. Además, también se manifiestan porque el nuevo centro de rehabilitación social (a 89 kilómetros de Quito) carece de algunas comunidades.
En concreto, aseguran que los pabellones están incompletos, además los servicios de agua y luz son intermitentes. A los reclusos no se les deja tener objetos personales y pasen el tiempo en sus celdas, sin capacidad de reinserción.
La nueva ministra de Justicia, Lady Zúñiga defendió el sistema penitenciario, pero también ha asegurado que está trabajando para conseguir el bienestar de los presos y su intención es acabar con las mafias que controlan las cárceles del país.
Por su parte, las organizaciones de Derechos Humanos han asegurado que no se pueda pasar de un sistema de rehabilitación social permisivo y corrupto a uno del primer mundo de la noche a la mañana.