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Los expertos recuerdan que la inflación aun acecha a América Latina

América Latina ha conseguido sortear la crisis gracias al fuerte efecto de arrastre que la compra china de materias primas ha mantenido sobre la región en los últimos años. Con un crecimiento anual envidiable, la zona se enfrenta a varios desafíos, entre los que destacan combatir la inequidad crónica que afecta al continente, frenar la formación de posibles burbujas provocadas por el «sobrecalentamiento» de sus economías y conseguir que el desarrollo financiero se plasme en avances sociales de los que amplias capas de la población puedan beneficiarse. La inflación, apuntan los expertos, es otro de los grandes riesgos que amenazan a la zona. América Latina ha conseguido sortear la crisis gracias al fuerte efecto de arrastre que la compra china de materias primas ha mantenido sobre la región en los últimos años. Con un crecimiento anual envidiable, la zona se enfrenta a varios desafíos, entre los que destacan combatir la inequidad crónica que afecta al continente, frenar la formación de posibles burbujas provocadas por el «sobrecalentamiento» de sus economías y conseguir que el desarrollo financiero se plasme en avances sociales de los que amplias capas de la población puedan beneficiarse. La inflación, apuntan los expertos, es otro de los grandes riesgos que amenazan a la zona.

Un rápido vistazo a las cifras ofrece una buena panorámica de la situación de la región, que deja atrás a gran parte de los países europeos. Chile lidera el crecimiento con un rotundo 9,8% de aumento del PIB durante el primer cuatrimestre de 2011, una cifra mareante que supera incluso en una décima a la de China, que ha crecido un 9,7%. Argentina, con un 9,2%, y Perú, con un 7,9% durante los cuatro primeros meses, también destacan en la región por su alto nivel de desarrollo económico.

Por su simbolismo político y el enorme peso de su mercado interior, Brasil se alza como uno de los motores de la zona, pese a que su presidenta, Dilma Rousseff, ha hecho todo lo posible por evitar el «sobrecalentamiento» de su economía que podría producirse por un crecimiento demasiado descontrolado. Así, Brasil es un ejemplo paradigmático de los riesgos que enfrenta la zona.

En los últimos meses, analistas y organismos internacionales han avisado a Brasil de que la entrada de capitales, la inflación y el crecimiento desbocado de su economía podían dar lugar a una burbuja de fatales consecuencias. Ahora, tras los denodados esfuerzos de Dilma por enfriar la economía brasileña, parece que comienzan a aparecer los primeros resultados. El ministro de Hacienda, Guido Mantega, hizo público que durante el 2011 el crecimiento de Brasil se situará en un 4,5%, mientras que en 2010 creció a un 7,5%, la tasa más alta de las últimas tres décadas. El riesgo de un crecimiento demasiado fuerte pueda provocar disfunciones en las economías, avisan los expertos, afecta por igual al resto de países de América Latina. Una paradoja cuya difícil gestión será uno de los grandes retos de la región.

El liderazgo que ejerce Brasil en la zona, especialmente asentado durante los mandatos de Lula da Silva, también sitúan al país en la primera fila de la actualidad económica. La reciente polémica entre emergentes y el bloque europeo-americano por la dirección del FMI, en la que Dilma se mostró segura y beligerante a la hora de reclamar un presidente de la institución por primera vez no europeo, demuestra que la dirigente brasileña está dispuesta a coger el toro por los cuernos y llevar a Brasil a un nuevo lughar en el orden mundial. Un proceso que puede beneficiar a toda la región.

Peligros. El mayor peligro para la zona sigue siendo la inflación. El enorme crecimiento de los países (ver cuadro) hace que los niveles de inflación se disparen y pongan en peligro los beneficios del desarrollo. En ese sentido, algunos expertos señalan que, si no se toman medidas, podría producirse una burbuja en la región. Según un informe de la Brookings Institution, presentado recientemente en Madrid, la actual década no será la de Latinoamerica, sino la de Asia, puesto que el continente asiático es capaz de presentar grandes cifras de crecimiento sin que se dispare la inflación, mientras que los países sudamericanos crecen a un gran ritmo pero a costa de un fuerte proceso inflacionario que terminará pasándoles factura.

La necesidad de conseguir que el desarrollo de América

Latina pueda extender sus beneficios a amplios sectores de la población que se mantienen en niveles de pobreza y luchar contra la inequidad es otro de los desafíos de la región. Como señaló el economista argentino Eduardo Levy-Yeyati en su última visita a Madrid, el continente sufre de una “agenda postergada”, ya que pese al gran crecimiento económico, “Lationamérica tiene su déficit en el desarrollo social y de reparto de rentas”. En ese sentido, no se están aumentando los niveles educativos ni sanitarios, declaró, lo que supondrá una rémora para la región en el futuro.

En definitiva, América Latina encara un futuro de optimismo que requerirá, sin embargo, enormes esfuerzos de sus Gobiernos para consolidarse.

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