Como era previsible los ponentes de la primera jornada sobre las perspectivas de la economía española del seminario organizada en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander se inclinaron por apoyar claramente el conjunto de medidas presentadas por el presidente español José Luis Rodríguez Zapatero para reflotar la economía. Tres ex ministros socialistas, el segundo banquero de España y un secretario de Estado del gobierno no podían salirse del guión previsto, de ahí que la atención de todos los medios se centrará en los matices de los «peros» que cada cual introdujo en su discurso. Como era previsible los ponentes de la primera jornada sobre las perspectivas de la economía española del seminario organizada en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander se inclinaron por apoyar claramente el conjunto de medidas presentadas por el presidente español José Luis Rodríguez Zapatero para reflotar la economía. Tres ex ministros socialistas, el segundo banquero de España y un secretario de Estado del gobierno no podían salirse del guión previsto, de ahí que la atención de todos los medios se centrará en los matices de los «peros» que cada cual introdujo en su discurso.
Las intervenciones de Miguel Boyer, ministro de Economía y Hacienda del primer gobierno del PSOE de Felipe González, de Carlos Solchaga, idéntico cargo en el segundo gobierno y Pedro Solbes, sucesor de Solchaga que incorporó a su responsabilidad una vicepresidencia, coincidieron en minimizar la importancia de los factores financieros. Los mercados están nerviosos, eso nadie lo duda, y están imponiendo sus reglas del juego para que las instituciones financieras atiendan sus propias necesidades pero los nervios desaparecerán más bien antes que después. El verdadero problema de la economía española para los tres ex ministros es el desempleo; los 4,6 millones de parados son un lastre de muy difícil digestión, máxime para un gobierno socialista que no esta dispuesto a desmontar la protección social que tantos esfuerzos costo conquistar durante la transición.
Miguel Boyer fue preciso al correlacionar el exceso de inversión en la construcción, básicamente en el sector residencial, con el problema del desempleo tras producirse el pinchazo de la burbuja. Para el exministro socialista la economía productiva no está tan mal como quieren hacer ver los agoreros de la oposición y las instituciones financieras internacionales: «El pesimismo sobre España es infundado. Nos han condenado antes de mirar nuestras cuentas en detalle. Nuestro sistema productivo es bastante serio e importante aunque tiene un punto débil en la construcción que registra un paro del 26% que enmascara a otros sectores que no están tan mal. El sector servicios, por ejemplo, que es básico para nuestra economía solo tiene una tasa de desempleo del 9%”.
Carlos Solchaga también fue optimista, aunque con más matices. En su opinión hay que actuar por fases; “en primer lugar toca abordar el problema del déficit y su financiación para pasar a continuación a estimular la recuperación, que es el verdadero objetivo. No tenemos porque estar tan preocupados por el déficit y la deuda controlar esos problemas es una tarea difícil, pero se puede hacer. Un proceso idéntico al que hubo de abordarse durante la crisis del petróleo en el 74, cuando fue necesario domesticar la inflación antes de abordar la reindustrialización productiva”. Solchaga se desmarcó de la concesión de un apoyo sin fisuras a las medidas de Zapatero al descalificar rotundamente las medidas de la reforma laboral por considerarlas insuficiente al quedarse a medio camino de lo que se necesita para que sean consistentes a largo plazo y que convenzan a los mercados.
Pedro Solbes, sin minimizar el problema de la deuda, “hay que tratar conjuntamente la Pública y la Privada”, destacó que los verdaderos problemas de la economía española son la baja productividad y los desequilibrios de la balanza de pagos. Frente a las criticas al euro, como fuente de problemas, el reciente exministro de Zapatero destacó que “la presencia en el euro es lo que nos ha permitido afrontar los problemas actuales”.
Solbes está convencido de que España siempre ha salido de las crisis, que terminan convirtiéndose en una oportunidad para afrontar nuestros desequilibrios. “Puede que la corrección de los problemas nos lleve algo mas de tiempo que a nuestros vecinos, pero contamos con una población activa mucho mayor (hemos incorporado 6 millones de nuevos trabajadores en los últimos años) y mucho mejor y mas cualificada que la que teníamos hace 10 años, contamos con unas empresas mucho mas eficientes y adaptadas a un mercado global. Saldremos de esta crisis, como siempre hemos salido de todas.”
Los ataques que esta sufriendo España por parte de los especuladores internacionales en los mercados financieros internacionales durante las ultimas semanas tuvieron cumplida respuesta en la primera jornada del seminario celebrado en la UIMP de Santander. Todos los ponentes se pusieron de acuerdo a la hora de articular un mensaje claro sobre la capacidad de España de dar respuesta a la crisis actual. Todos los ex ministros socialistas coincidieron con el presidente del BBVA, Francisco González a la hora de decir que España no es Grecia, ni Portugal. Todos mostraron su convicción en que los ataques son exagerados e injustificados y que tiene su origen en un entorno anglosajón que está siendo muy exigente con los demás y muy condescendiente consigo mismo.
El presidente del BBVA, Francisco González, expresó su convencimiento de que es en los momentos de crisis cuando los países muestran sus verdaderas capacidades. «Desde hace muchos años sabíamos que teníamos que acometer una larga serie de reformas de hondo calado y por uno u otro motivo estábamos posponiendo la toma de decisiones. Ahora no nos queda otra que actuar y aprovechar la oportunidad para acometer una larga lista de reformas valientes y profundas. Este país tiene muchas posibilidades y en los últimos tres meses ha acometido reformas que eran impensables en el trimestre anterior. Vamos en la buena dirección. »
Pero el presidente del BBVA, Francisco González, no pudo dejar de reconocer que «los mercados financieros han retirado su confianza en nuestro país» y ha instado al Gobierno a no perder el tiempo en la adopción de medidas. Según ha explicado, los inversores son conscientes de que «España se encuentra en una posición muy difícil, la recuperación económica se retrasa y eso produce problemas de financiación. Y si el Estado encuentra dificultades para financiarse, aún más sus entidades». Como aseguran todas las escuelas de negocio, los momentos de crisis hay que convertirlos en oportunidades para resolver esos problemas que se suelen dejar para mañana. Todos los asistentes a la primera jornada coincidieron en que no hay razón para dejar escapar la oportunidad. Este es el momento adecuado para tomar medidas valientes y profundas que atajen los problemas estructurales de la economía española.