Los sindicatos de chóferes de Bolivia han decidido elevar entre un 22 y un 24% las tarifas del transporte pese a que el Gobierno no aplicó la pasada semana la prometida subida del gasóleo. Según las últimas encuestas, el llamado gasolinazo ha provocado una caída del 24% en los niveles de popularidad del presidente Evo Morales, que ha solicitado a los ayuntamientos que controlen los ascensos injustificados de precio anunciados por los transportistas. Los sindicatos de chóferes de Bolivia han decidido elevar entre un 22 y un 24% las tarifas del transporte pese a que el Gobierno no aplicó la pasada semana la prometida subida del gasóleo. Según las últimas encuestas, el llamado gasolinazo ha provocado una caída del 24% en los niveles de popularidad del presidente Evo Morales, que ha solicitado a los ayuntamientos que controlen los ascensos injustificados de precio anunciados por los transportistas.
La Confederación Sindical de Chóferes de Bolivia decidió el aumento de los precios del transporte alegando que han permanecido más de una década congeladas. Sin embargo, el ejecutivo de Evo Morales considera que esta es una subida exagerada teniendo en cuenta el precio de los carburantes.
El presidente boliviano, Evo Morales, anunció la pasada semana la anulación del llamado “gasolinazo”. Tras anunciar la subida de precios del gasóleo entre un 57 y un 83%, las protestas ciudadanas y el miedo a que la inflación alcanzara cotas históricas, hicieron a Morales frenar su aplicación. Por el contrario, el anuncio de la medida, que ahorraría a Bolivia cerca de 300 millones de dólares (232 millones de euros) en subvenciones, ha provocado un autentico viraje en la popularidad del presidente boliviano.
Según las últimas encuestas, la popularidad de morales ha caído en diciembre hasta situarse en el 30%. Su imagen, que venía de un 54% de aceptación en noviembre, se ha visto dañada en primer lugar por el “gasolinazo”, pero también por un presunto cambio de discurso en el que comenzaría a atisbarse una apertura progresiva a las empresas internacionales de petróleo, entre otros sectores, de los recursos naturales de Bolivia.
Esta creciente animadversión contra Morales parece estar siendo aprovechada por los transportistas del país para ampliar los precios de los pasajes. En la coyuntura actual, la responsabilidad de esta subida será trasladada por la población al presidente. Por el contrario, el Gobierno se esfuerza estos días por explicar que el 80% de los vehículos del transporte público del país utilizan gas y el costo de ese carburante no ha variado.
La ejecutiva boliviana valora desde el freno del gasolinazo nuevas medidas para ampliar el precio del gasóleo. La necesidad de esta subida ha sido justificada en base al alto nivel de contrabando que se genera a causa de las diferencias de precio del gasóleo entre Bolivia y los países vecinos. Bolivia subvenciona el petróleo con el fin de hacerlo más accesible a su población, algo que anima al contrabando.
