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Los cubanos, indiferentes ante la presencia en la Isla del convaleciente Hugo Chávez

La larga estadía que está protagonizando el líder bolivariano, Hugo Chávez, en Cuba, ha provocado fuertes especulaciones en Venezuela sobre su verdadero estado de salud. Sin embargo, según fuentes de la Isla, los cubanos no están preocupados y se muestran más bien indiferentes. Pocos tienen en cuenta que, si algo le pasara al mandatario venezolano, muchas de las inversiones pactadas entre ambos países, podrían quedar paralizadas. La larga estadía que está protagonizando el líder bolivariano, Hugo Chávez, en Cuba, ha provocado fuertes especulaciones en Venezuela sobre su verdadero estado de salud. Sin embargo, según fuentes de la Isla, los cubanos no están preocupados y se muestran más bien indiferentes. Pocos tienen en cuenta que, si algo le pasara al mandatario venezolano, muchas de las inversiones pactadas entre ambos países, podrían quedar paralizadas.

El debate creado en Venezuela sobre su estado de salud, al que las imágenes ofrecidas por televisión, en las que se veía a Chávez y a Fidel Castro conversando, han dado un nuevo motivo de ser, aludían al excesivo tiempo que el mandatario venezolano está pasando en la Isla para recuperarse de un absceso pélvico. Las teorías han sido para todos los gustos. Desde aquellos que consideraban, a causa de la falta de la información, que su enfermedad es más grave de lo informado (un cáncer), hasta, como hizo el presidente uruguayo José Mujica, bromistas que aseguraban que había sido secuestrado por el propio Fidel.

Dentro de ese maremágnum en el que se ha convertido la política venezolana, varias cuestiones han quedado claras. La primera de todas ellas es que Chávez no tiene un sustituto claro dentro del partido. Ante una eventual enfermedad bajo la que se viese definitivamente inhabilitado para gobernar, no hay quien tome las riendas. Esto, además de haber convertido al mandatario en un hombre más, bajándolo del pedestal de semidiós que ocupaba para sus seguidores, ha hecho especular a los medios. Su hermano Adán Chávez, al más puro estilo cubano con Fidel y Raúl Castro, podría ser el elegido.

La segunda cuestión tiene que ver con otra realidad. Sin Chávez, estos cerca de 20 días lo han demostrado, la política venezolana actual no tiene contenido. Por su modo de gobernar, de una forma personalista, abarca sobre sus espaldas el peso de las decisiones del Gobierno. Esto conlleva que la oposición, si el mandatario no está visible, no tenga una diana sobre la que lanzar sus dardos críticos. Es difícil avanzar como será la era post-Chávez. Por el contrario, la actualidad no se entiende sin él.

Pero nada de eso parece haber suscitado el interés de los cubanos. En la actualidad se encuentran imbuidos por su propia realidad económica y política, en mitad de reformas llamadas a hacer historia. Fuentes de la diplomacia europea en la Isla así lo certifican, mientras aseguran que, en las calles de Cuba, nadie hace mención a Chávez.

Esas mismas fuentes recuerdan que, lejos de ser algo ajeno a los cubanos, la salud del líder bolivariano es algo importante para ellos. El dinero venezolano ha pagado el cable submarino para llevar internet de alta velocidad a la Isla, ha avalado créditos chinos a la mayor de las Antillas por 6.000 millones de dólares con petróleo del país, y cientos de médicos cubanos trabajan en el país de la vinotinto. Si algo le pasara al mandatario, Cuba tendría que medir muy bien las consecuencias.

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