En Guatemala, los labriegos han rechazado las medias presupuestarias que el Gobierno ha adaptado y que incumplen los acuerdos previamente establecidos, según los guatemaltecos. La comunidades campesinas están en pie de guerra. En Guatemala, los labriegos han rechazado las medias presupuestarias que el Gobierno ha adaptado y que incumplen los acuerdos previamente establecidos, según los guatemaltecos.
Los campesinos trabajan para conseguir un contrato de protección forestal, sin embargo, el Estado les adeuda con un año de pago porque el Congreso de la República ha reducido 45 millones de queztales (algo más de cuatro millones de euros), al presupuesto del programa de incentivos forestales (Pinfor), creado en 1996 para fomentar el estimular el establecimiento y manejo de plantación forestales.
Además, han exigido al Gobierno que cumplan con el contrato que tiene una duración de 20 años y que finaliza de firma oficial en el 2017. Tampoco se han olvidado de pedir que se “les pague” y de que si no hay fondos “que el Estado no siga ofreciendo a las personas proyectos que no tendrán lugar”.
En Colombia, el tema agrario también está cobrando fuerza, al igual que la falta de cumplimiento de los acuerdos por parte del Ejecutivo colombiano. Durante estos días se ve inmersa en la Cumbre Nacional Agraria que ha reunido a 30 mil campesinos, indígenas y afrodescendientes con el objetivo de construir un frente común de unidad y decidir si vuelven a manifestarse por las calles de Bogotá.
