Como en 2006, anuncia ya, incluso antes de que se sepa el resutado final, una nueva disputa en los tribunales y en las calles. El aspirante a la presidencia de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ha acusado al Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) de incurrir «en una farsa, una vil simulación» al avanzar un resultado de conteo rápido de 1.300 casillas, del total de 1.800 casillas «de lo que estaba en la muestra».
Además, ha llamado a la población del Estado de México a tomar fotografías de los resultados finales que se colocan afuera de cada casilla de votación en caso de que tuvieran que ser usados como prueba durante una posible impugnación de los comicios.
Una posibilidad que ha adelantado al señalar que «vamos a defender los votos acta por acta, casilla por casilla, no vamos a claudicar, tenemos que defender la democracia. México necesita que se respete la voluntad de los ciudadanos».
Un situación que recuerda mucho a la vivida en la elección presidencial de 2006 que AMLO perdió por sólo el 0,56% de los votos y a la que respondió con una serie de acciones de resistencia y desobediencia civil que se extendieron durante semanas.
En este caso, después de que los primeros resultados en las elecciones del Estado de México diesen empate técnico entre los candidatos Alfredo del Mazo del gobernante Partido de la Revolución Institucional (PRI) y Delfina Gómez de Morena, la formación de AMLO.
Sin embargo, el conteo rápido difundido por la noche por el IEEM dio una ventaja mínima al oficialista que habría obtenido 33,31% de los votos contra 31,02% de la candidata izquierdista. Todo ello, ha provocado la consabida reacción de AMLO que anuncia ya, incluso antes de que se sepa el resutado final definitivo, una nueva disputa en los tribunales y en las calles.
