Folklorista veterana y no apta para todos los estómagos, Liliana Herrero ha conseguido a estas alturas de su carrera ser una artista respetada por casi todo el mundo. Folklorista veterana y no apta para todos los estómagos, Liliana Herrero ha conseguido a estas alturas de su carrera ser una artista respetada por casi todo el mundo.
Su capacidad para acercarse a los nuevos autores, más allá del cancionero argentino de siempre, ha proporcionado a Herrero una vigencia casi constante que le ha permitido trascender a las épocas y sortear la inevitable erosión que trae el paso del tiempo.
El estilo sobrio de las instrumentaciones con las que suele acompañarse y esa sabiduría que sólo da la experiencia a la hora de encontrar el tono justo con el que interpretar cada canción son dos de las principales bazas con las que cuenta esta artista para ganarle una y otra vez la partida al tiempo.
Su último álbum, ‘Maldigo’, es una nueva demostración de todo su poderío, conducido por la producción ajustada de Lisandro Aristimuño otro grande de la música latinoamericana.
En esta ocasión, a punto de cumplir los 30 años de carrera, Herrero ha apostado por canciones oscuras, donde la temática social impera, y consigue conmover una vez más al oyente con su voz quebrada y su manera dramática de decir los textos. Una gozada, oigan.
