Las inmobiliarias brasileñas se preparan para hacer frente a la fuerte demanda que se espera en los próximos meses de los inversores, ante el potencial negocio que las Olimpiadas han abierto al sector. Rossi Residencial SA y PDG Realty SA Empreendimentos & Participacoes estudian ya emitir 1.110 millones de dólares en nuevas acciones, a pesar de que su valor ya se ha duplicado en Bolsa este año. La fuerte demanda se debe también, según los expertos, a los bajos tipos de interés y al Plan Vivienda de Lula. Las inmobiliarias brasileñas se preparan para hacer frente a la fuerte demanda que se espera en los próximos meses de los inversores, ante el potencial negocio que las Olimpiadas han abierto al sector. Rossi Residencial SA y PDG Realty SA Empreendimentos & Participacoes estudian ya emitir 1.110 millones de dólares en nuevas acciones, a pesar de que su valor ya se ha duplicado en Bolsa este año. La fuerte demanda se debe también, según los expertos, a los bajos tipos de interés y al Plan Vivienda de Lula.
Rossi, inmobiliaria afincada en la ciudad de Sao Paulo, ofrece 74,3 millones de acciones por 12,50 reales cada una, según la información aparecida en el portal del regulador carioca y publicada por Bloomberg. Por su parte PDG, de Río de Janeiro, ha puesto a la venta 75,6 millones de acciones a un precio de 14 reales cada una.
La demanda, en cualquier caso, proviene sobre todo de inversores extranjeros, aunque haya también cierto interés local. Silvio Araujo, analista de la firma Lopes Filho & Associados aseguró que muchas compañías inmobiliarias no tienen un control específico sobre sus accionistas, conllevando así un «incremento de la movilidad» de los inversores.
Además, el presidente Lula anunció el pasado mes de marzo la puesta en marcha de un plan de ayuda a la industria de la vivienda, llamado «Mi casa, mi vida», y que contará con 34.000 millones de reales para cumplir su objetivo: construir mil millones de casas, impulsando así este sector.
