La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, ha sacado la tarjeta amarilla a la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner y ha asegurado que podría “enseñar la roja” y plantear los primeros trámites para que Argentina salga del organismo por no establec La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, ha sacado la tarjeta amarilla a la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner y ha asegurado que podría “enseñar la roja” y plantear los primeros trámites para que Argentina salga del organismo por no establecer estadísticas fiables.
Lagarde señaló que la situación de las estadísticas argentinas (que lleva a cabo el Instituto Nacional De Estadística y Censos, INDEC) y su escasa veracidad debe ser remediada antes del próximo mes de diciembre. De no ser así, volviendo al tema del fútbol, está dispuesta a sacar la tarjeta roja, lo que supondría, a la larga, la salida de Argentina del organismo.
El primer paso es precisamente una declaración de censura. Aunque la directora ha asegurado que el país que preside Cristina Fernández cuenta con todo su apoyo, “estaremos al otro lado de la mesa y espero que podamos evitar la tarjeta roja, dijo.
Además también aprovechó su intervención en el Peterson Institute for International Economics sobre ‘Los desafíos de la economía global’ para señalar que la reacción de Argentina ante este aviso ha “reconfortado” a Lagarde. Se refiere a la entrevista en la que el ministro de Economía argentino, Hernán Lorenzino, se comprometió a trabajar para hacia un IPC nacional, que permita “una mediación mucho más representativa”.
La polémica por las estadísticas argentinas en el FMI viene de atrás. El organismo, en sus informes oficiales, usa los datos de inflación del INDEC, pero aclara a pie de página que para los consultores privados las cifras son otras. Según el FMI, el país latinoamericano ha llegado a modificar los datos del crecimiento del PIB.
Hasta ahora el Fondo Monetario Internacional no había echado a ningún país, Argentina sería el primero y, de producirse, su salida sentaría un nuevo precedente.
