El triunfo de Macri debe inspirar a la oposición venezolana a llevar un debate serio de las políticas económicas. El modelo populista chavista fracasó: la crisis económica actual, los casos de corrupción y narcotráfico son una señal de ello. La oposición debe ofrecer un programa para regresar a Vene El triunfo de Macri debe inspirar a la oposición venezolana a llevar un debate serio de las políticas económicas. El modelo populista chavista fracasó: la crisis económica actual, los casos de corrupción y narcotráfico son una señal de ello. La oposición debe ofrecer un programa para regresar a Venezuela a la modernidad. Sin miedo, está obligada, a partir de hoy, a debatir las fracasadas políticas económicas chavistas con la alternativa que ella representa.
La victoria del empresario y político Mauricio Macri, además de ser una señal positiva en la región, es el principio del cambio del discurso político y económico que impactará especialmente en Venezuela. El modelo populista que ha dominado en países latinoamericanos desde hace más de una década secuestró el discurso político y económico de la mayoría de los líderes. Palabras como mercado, privado, liberación, quedaron vetadas del discurso de los políticos.
Mauricio Macri realizó una campaña electoral sin complejos. En los debates no titubeaba en afirmar que liberaría y unificaría el tipo de cambio, buscaría inversión privada, apertura de mercado y se sentaría con todos los agentes económicos, además de planes sociales inclusivos. El que haya sido electo con este discurso económico técnico y de apertura de la economía luego de varios años del populismo de los Kirchner, significa que poco a poco se va entendiendo en los países latinoamericanos que el modelo populista capitaneado por Hugo Chávez es un fracaso.
En Venezuela, llevamos tiempo sin un debate serio de políticas económicas. Los políticos de oposición no se atreven a hablar de apertura económica, privatización etc., debido a que el chavismo se encargó de manipular las percepciones de estos conceptos diciendo que los mismos son dañinos para el país, y especialmente para las clases populares.
De manera tímida algunos se han identificado con el modelo de Luiz Inácio Lula da Silva, el supuesto socialismo con apertura de mercado. Hoy en día se sabe que a este modelo la corrupción lo devoró y alguna vez la literatura económica le dará los créditos a Fernando Henrique Cardozo quien fue el que implementó los cambios económicos en los que se apoyaron Lula y su gobierno.
