El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, ha planteado junto a su partido, Alianza País, reformar la Constitución para permitir la reelección indefinida del mandatario y demás cargos públicos en el país latinoamericano. Mediante esta reforma, Correa podría presentarse a una nueva reelección cuando finalice su actual mandato, aunque el oficialismo insiste en que ése no es su propósito. El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, ha planteado junto a su partido, Alianza País, reformar la Constitución para permitir la reelección indefinida del mandatario y demás cargos públicos en el país latinoamericano. Mediante esta reforma, Correa podría presentarse a una nueva reelección cuando finalice su actual mandato, aunque el oficialismo insiste en que ése no es su propósito.
La iniciativa lanzada por Alianza País es un desafío al alcalde opositor de la ciudad de Guayaquil, Jaime Nebot, que se quiere presentar para mantener su mandato. Estas pretensiones entran dentro de los permitido por la actual Constitución, que permite una reelección.
Fue el propio Correa quien en la Carta Magna vigente desde 2008 incorporó esta posibilidad, lo que permitió al actual presidente ser reelegido en febrero de este año. Sin embargo, cuando acabe la legislatura en 2017, no podría presentarse de nuevo a los comicios.
Ante el propósito de Nebot, el presidente ecuatoriano le ha propuesto «realizar todas las acciones necesarias para que la Asamblea Nacional reforme la Constitución a fin de garantizar la reelección indefinida para todas las autoridades de elección popular».
Con esta iniciativa, el mandatario y su formación aseguran que lo que pretenden es ‘dar un golpe’ a aquellos que en su día le criticaron por impulsar la medida incluida en la Constitución y, sin embargo, ahora defienden a Nebot.
Pero desde la oposición, el gesto de Correa y Alianza País se ha tomado como el inicio de las pretensiones del presidente de postular por un nuevo mandato en 2017. En este sentido, el legislador Andrés Páez del movimiento Creando Oportunidades (CREO), considera que se trata de un ensayo de Correa para observar la reacción de los electores.
