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La lentitud en el recuento de los votos del Referéndum ahonda en la división entre los ecuatorianos

Se veía venir. Después de que el presidente Correa anunciara, nada más cerrarse los colegios electorales, que su Gobierno había logrado una victoria aplastante en la Consulta Popular a la que habían sido llamados los ecuatorianos, los resultados que, a cuenta gota, va publicando el Consejo Nacional Electoral han dado un vuelco inesperado a la situación. En estos momentos, con el 47,77% de los votos escrutados, peligran los planes de reforma del poder judicial y los medios de comunicación, las principales propuestas del Gobierno. El enfrentamiento público está servido. Se veía venir. Después de que el presidente Correa anunciara, nada más cerrarse los colegios electorales, que su Gobierno había logrado una victoria aplastante en la Consulta Popular a la que habían sido llamados los ecuatorianos, los resultados que, a cuenta gota, va publicando el Consejo Nacional Electoral han dado un vuelco inesperado a la situación. En estos momentos, con el 47,77% de los votos escrutados, peligran los planes de reforma del poder judicial y los medios de comunicación, las principales propuestas del Gobierno. El enfrentamiento público está servido.

Según dichos resultados, que ayer señalaban que el “Sí” vencía con un escaso margen por encima del “No” en todas las cuestiones, hay dos preguntas, las principales propuestas del Gobierno, que son las más discutidas. Ambas, la reforma judicial (cuarta pregunta) por un lado, que muchos en el país consideran que tiene la intención de poner al servicio del Gobierno al poder judicial, y las modificaciones que pretenden un mayor control estatal sobre los medios de comunicación (novena pregunta), han supuesto, incluso antes de finalizado el recuento, un espaldarazo a la desconfianza de los ciudadanos.

En la semana previa a llevarse a cabo la Consulta Popular, los medios de comunicación internacionales presentaban la misma como una prueba de confianza de los ciudadanos ecuatorianos hacia su presidente, Rafael Correa. Pues bien, si la interpretación es correcta, los resultados escrutados hasta ahora dicen que Ecuador vive una división casi milimétrica a dos bandas entre quienes le apoyan y quienes rechazan su gestión.

Sin embargo, si la interpretación fuese otra, si se considerase la idea de que los ciudadanos ecuatorianos han acudido a las urnas con una clara conciencia de lo que necesita su país y sin prejuicios partidistas, el resultado para Correa seguiría siendo el mismo. Su idea de lo que necesita Ecuador no concuerda con lo que opinan más de la mitad de sus conciudadanos.

Habrá que esperar para saber cuales son los resultados finales. Si continua el ritmo de recuento de sufragios, no se conocerán hasta final de semana, algo que muchos consideran un exceso para un país que pretenda llamarse moderno. Pero hay algo claro. El retraso provoca una enconada disputa entre partidarios y contrarios al Gobierno de Correa, que copan medios de discusión como Twitter. El resultado de la disputa; una mayor división entre las partes.

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