Brasil se ha volcado en la organización del Mundial de Fútbol de 2014 y está dispuesta a pagar una factura elevada para conseguir que el evento sea un éxito, un coste que, según los cálculos de algunos especialistas citados por la agencia AP, se elevan ya a 13.280 millones de dólares, cerca de un 5% del PIB de un año. Brasil se ha volcado en la organización del Mundial de Fútbol de 2014 y está dispuesta a pagar una factura elevada para conseguir que el evento sea un éxito, un coste que, según los cálculos de algunos especialistas citados por la agencia AP, se elevan ya a 13.280 millones de dólares, cerca de un 5% del PIB de un año.
Esta sería la última actualización, por el momento, de una factura que en un principio se estimaba en 11.580 millones de dólares. Los 1.700 millones de más tendrían que ver sobre todo con el aumento de los costes de las remodelaciones de los aeropuertos y el acondicionamiento de los estadios.
A pesar del aumento del dinero destinado a los trabajos, desde las instancias oficiales se reconoce que algunas obras van mucho más lento de lo esperado. Pero serían las de los aeropuertos y no las de los estadios.
La pasada semana se disparó la rumorología sobre la posibilidad de que estas instalaciones no estuvieran listas para la Copa de América del próximo año, que se ha convertido en una suerte de ensayo general del Mundial. Sin embargo, ahora todo parece indicar que las sedes que Brasil tendrá en este evento se mantienen.
Eso sí, la FIFA ha tenido que alterar sus reglas habituales que obligan a los campos donde se van a jugar partidos de sus competiciones a estar listos seis meses antes del inicio del evento. Ahora bastará con que estén listos el 15 de abril del próximo año, sólo dos meses antes del inicio del Torneo que podrá jugarse en los estadios de Rio de Janeiro, Brasilia, Belo Horizonte, Fortaleza, Recife y Salvador.