Juan Pablo Olalquiaga, presidente de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), indicó que es positivo el nombramiento por el conocimiento que tiene Pérez Abad de la realidad empresarial, pero advirtió que es necesario que él presidente de la República le permita tomar decisiones. Juan Pablo Olalquiaga, presidente de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), indicó que es positivo el nombramiento por el conocimiento que tiene Pérez Abad de la realidad empresarial, pero advirtió que es necesario que él presidente de la República le permita tomar decisiones.
“En la medida que a él no se le permita tomar las acciones de pago de deuda, de legalización de un mercado paralelo, de poder corregir los rezagos que hay en precios, que empresas del sector público pasen al sector privado para que sean administradas con eficiencia, en la medida que eso no suceda, ahí puede estar un empresario como es Miguel Pérez Abad o puede estar cualquier otro y no se van a conseguir las soluciones que hacen falta”, señaló Olalquiaga en rueda de prensa.
El directivo insistió en que la realidad del sector industrial es “dramática” y que sólo con un “cambio de rumbo” en el manejo de la economía podrá superarse la crisis.
“Hace falta que el presidente de la República esté consciente de cuáles son las acciones y que autorice a sus ministros a que tomen los cambios de política económica que hacen falta. Si no, cualquier nombre puede pasar por ahí”, insistió el presidente de Conindustria.
El dirigente empresarial aseguró que algunas áreas del sector industrial laboran a menos del 30% de su capacidad instalada y que el decreto de “emergencia económica” sólo aumenta la incertidumbre en el mundo empresarial.
“La crisis de la economía venezolana responde a que estructuralmente se ha venido desindustrializando el país desde 2004 en adelante”.
Lamentó que hasta ahora el Gobierno nacional haya respondido con insultos a las propuestas que han formulado diversos actores y cámaras empresariales.
“Hemos recibido de vuelta bofetadas, se nos ha tildado de ladrones, de traidores (…) Es a través del diálogo y no del insulto que se va a generar la confianza necesaria”, acotó Olalquiaga.
