El flujo de inmigración de latinoamericanos hacia EEUU se ha desplomado en el último año, según señalan los expertos. La mala marcha del mercado laboral estadounidense, el refuerzo de la seguridad fronteriza y la violencia del narcotráfico en las rutas migratorias se han combinado para disuadir a los emigrantes mexicanos y de otros países de Latinoamérica para dirigirse rumbo al norte. El flujo de inmigración de latinoamericanos hacia EEUU se ha desplomado en el último año, según señalan los expertos. La mala marcha del mercado laboral de EEUU, el refuerzo de la seguridad fronteriza y la violencia del narcotráfico en las rutas migratorias se han combinado para disuadir a los emigrantes mexicanos y de otros países de Latinoamérica para dirigirse rumbo al norte.
The Wall Street Journal apunta que la patrulla fronteriza de EEUU arrestó a 340.252 inmigrantes el pasado año fiscal, que ha finalizado el 30 de septiembre. Se trata del menor número en casi cuatro décadas, según los datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, una sección del Departamento de Seguridad Nacional.
El año anterior, los agentes capturaron a 447.731 personas que entraron ilegalmente a EEUU, una cifra que también contrasta con los 1,6 millones de personas en 2000, el año de mayor actividad. La última vez en que la frontera entre México y EEUU estuvo tan tranquila fue en 1972, cuando los agentes capturaron a 321.326 personas.
En México además las menores tasas de natalidad, que le restan la presión económica a las familias , y las mejores perspectivas laborales están disuadiendo la emigración en un país que envía la abrumadora mayoría de latinoamericanos hacia la mayor economía del mundo.