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La crisis económica pone en jaque a las renovables brasileñas

Molino de viento

Ningún sector económico se salva de la crisis de Brasil. A pesar del esfuerzo del país por enfocarse en las energías renovables y haber llegado convertido en el décimo país del mercado eólico, la crisis en la que está inmerso el país va a ser perjudicial también para este sector. Ningún sector económico se salva de la crisis de Brasil. A pesar del esfuerzo del país por enfocarse en las energías renovables y haber llegado convertido en el décimo país del mercado eólico, la crisis en la que está inmerso el país va a ser perjudicial también para este sector.

Teniendo en cuenta todos los frentes que tiene abiertos la presidenta Dilma Rousseff, es lógico que sea incapaz de enfrentarse a todos. Por un lado el virus del Zika y por otro una inflación que supera el 10,8% y una moneda local que sigue perdiendo terreno.

Rousseff siempre ha puesto mucho énfasis en el cambio de matriz energético del país, por ello el Gobierno se había fijado unos objetivos de crecimiento bastante ambiciosos que, todo apunta que será incapaz de cumplir. La economía no da para tanto. Sobre todo teniendo en cuenta que si no va bien, no hay consumo, lo que también repercute en la energía.

Expertos de Bloomberg New Energy Finance , como la analista Helena Chung, consideran que la situación será mucho menos optimista que en años anteriores. Sin ir más lejos, se espera que quedan instalados este año dos gigavatios (GW) de energía eólica, menos de la mitad de los 4,6 GW de 2013.

En relación con 2015, habrá cuatro subastas menos, puesto que en 2015 fueron siete las que se realizaron y, de momento, para este año solo se esperan tres. Aunque no es la única medida que ha tomado el Ejecutivo, que también ha retirado los incentivos tanto a este sector como a otras industrias.

Los expertos consideran que lo que menos necesita el país es una desaceleración del sector energético, pues sería una muy mala señal para el mercado que se uniría al desgaste al que se enfrenta el Partido de los Trabajadores (PT) por las dudas sobre el caso de corrupción de la empresa estatal Petróleos Brasileños (Petrobas) y por la gestión de la crisis.

Dilma Rousseff y Luiz Inácio Lula da Silva, presidenta y expresidente, respectivamente, son algunos de los salpicados por este caso que unido a la crisis del petróleo deja al sector petrolero en una situación muy complicada que podría cristalizar en una mayor dependencia de las renovables que parece ser que van a encajar la crisis un poco mejor. Aunque no tendrán una situación tan boyante como se esperaba.

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