En EEUU cada vez hay más gente que renuncia voluntariamente a su puesto de trabajo. Las cifras ya alcanzan las que registró el año 2008, que fue cuando la crisis estalló con toda su virulencia. En EEUU cada vez hay más gente que renuncia voluntariamente a su puesto de trabajo. Las cifras ya alcanzan las que registró el año 2008, que fue cuando la crisis estalló con toda su virulencia. Los datos los ofrece el Departamento de Trabajo de EEUU a través de un estudio conocido como JOLTS (Job Openings and Labor Turnover Survey).
Los últimos datos, que cubren hasta el pasado mes de febrero, apuntan a que el 53% de los trabajadores que perdieron su puesto de trabajo lo hicieron voluntariamente (unos 2,16 millones de personas). La lectura de los expertos es positiva: la confianza en el mercado laboral es tal que muchos ciudadanos prefieren abandonar un empleo que no les satisface con la certeza de que encontrarán otro.
El portal Business Insider explica que buena parte de ese descontento con los puestos de trabajo se debe a la exigencia de los que emplean de que sus empleados inviertan más horas en su mesa de trabajo. Por eso muchos de los que presentan su dimisión tratan de convertirse en emprendedores. Se espera que para el año 2020, en torno al 40% de los estadounidenses trabaje para sí mismo.
En cualquier caso, el mercado laboral de EEUU no termina de remontar. En marzo creó 88.000 nuevos puestos de trabajo, menos de la mitad de los 190.000 de febrero, el dato más débil de los últimos 10 meses. Aún así, la tasa de paro bajó, por sorpresa, una décima, al 7,6%, el nivel más bajo desde diciembre de 2007.
