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La cervecera de los Luksic amplía su apuesta por el mercado argentino

La cervecera chilena CCU, propiedad de la famlia Luksic, ha pagado 13,2 millones de dólares (9 millones de euros) por el 71% del capital de la centenaria compañía Saénz Briones. La empresa chilena consigue así controlar dos de las marcas de sidra más vendidas en el país austral (Real y La Victoria) y amplia sus posiciones en un país donde ya es la segunda mayor cervecera por cuota de mercado tras la empresa Ambev, cuya propiedad es compartida por inversores belgas y brasileñas. La cervecera chilena CCU, propiedad de la famlia Luksic, ha pagado 13,2 millones de dólares (9 millones de euros) por el 71% del capital de la centenaria compañía Saénz Briones. La empresa chilena consigue así controlar dos de las marcas de sidra más vendidas en el país austral (Real y La Victoria) y amplia sus posiciones en un país donde ya es la segunda mayor cervecera por cuota de mercado tras la empresa Ambev, cuya propiedad es compartida por inversores belgas y brasileñas.

La compañía chilena tiene una facturación anual en Argentina en torno a 250 millones de dólares (190 millones de euros) y con esta adquisición aspira a llegar a los 300 millones (228 millones de euros).

La operación de compra recien anunciada permitirá a CCU introducirse en el negocio de la sidra agentina con más del 50% de cuota de mercado. Junto las sidras, que conforman casi un 80% de la facturación de Sáenz Briones, también tiene una marca de aperitivos (El Abuelo) y vinos (Sáenz y Generosos).

Además, la cervecera chilena conseguirá algunas ventajas adicionales. Sáenz Briones posee almacenes y oficinas en las afueras de Buenos Aires, una bodega en la provincia de Mendoza y una planta en la provincia de Río Negro.

Los expertos locales del sector están convencidos de que este no será el último movimiento en Argentina de la empresa de los Luksic. CCU va por más, aseguran, y explican que además de antes cerveza y ahora sidra ya poseía la distribución de la energizante Red Bull. Por eso ahora estudiaría otras adquisiciones en el segmento de bebidas con alcohol.

Como CCU, otras cerveceras también irrumpieron en otros sectores. Isenbeck, que fue vendida a SAB Miller, posee un negocio bodeguero, Orfila. Quilmes sigue centrada en cervezas, aunque sus ex dueños, los Bemberg acaban de comprar el 100% de Peñaflor, la principal vitivinícola del país.

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