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La Bolsa de Brasil despega pese a la incertidumbre económica sobre el futuro del país

Pese a la desconfianza de los brasileños en sus instituciones públicas y la caída del real, el principal indicador bursátil del país, el Bovespa, parece querer remontar el vuelo enfrentándose, a su vez, al pesimismo existente en la comunidad de expertos y analistas. Pese a la desconfianza de los brasileños en sus instituciones públicas y la caída del real, el principal indicador bursátil del país, el Bovespa, parece querer remontar el vuelo enfrentándose, a su vez, al pesimismo existente en la comunidad de expertos y analistas. Estos últimos coinciden al rebajar las previsiones de crecimiento de Brasil para lo que queda de año y para el siguiente, mientras que desde el Gobierno hacen un llamamiento a la calma.

Aunque el cómputo anual arroja una cifra negativa sobre el parqué de Sao Paulo (-18,5%), en las gráficas se puede observar cómo, a partir del mes de julio, ha existido un rebote y la tendencia se ha revertido, enlazando sesiones al alza desde entonces hasta ahora. Las caídas del índice corresponden, por tanto, a los primeros seis meses del año.

Sin embargo, la buena marcha que parece haber adoptado el Bovespa, el real se ha depreciado frente al dólar en lo que va de año un 17% (hasta hace tres meses había perdido sólo un 2%; ha sido en el último trimestre cuando ha registrado una caída del 15%). Este lunes, la moneda norteamericana se cotizó en 2,41 reales, lo que supone la cifra más alta en 2013. Además, analistas consultados por la agencia Bloomberg consideran que esta tendencia se va a mantener: el dólar cotizará en 2,30 reales el próximo diciembre.

Además de los vaivenes sufridos por la divisa, el protagonismo también lo acaparan dos indicadores: la confianza de los consumidores y la confianza de los empresarios. El hecho de que la Fundación Getulio Vargas mostrase que en julio los primeros confiasen un 4,1% menos que el mes anterior en el Gobierno de Dilma Rousseff, regresando a las cifras del 2009, que fue cuando el país estuvo más expuesto a la crisis internacional, es significativo. Como también lo es el que los empresarios confíen un 4% menos y un 6,4% en la industria y el sector de servicios brasileños, respectivamente, en el mismo período.

Todas estas caídas han llevado a muchos economistas a bajar sus apuestas en lo que al crecimiento económico de Brasil se refiere. Un ejemplo es JP Morgan. El banco estadounidense ahora cree que el año que viene la potencia latina crecerá un 2,4%; su estimación previa era del 2,7%. Por su parte, los economistas del mercado financiero brasileño han reducido, según pudo saberse en un sondeo del Banco Central publicado el pasado 12 de agosto, su previsión para el crecimiento este año desde el 2,24% hasta el 2,21% y la proyección para 2014 desde el 2,6% hasta el 2,5%. Un diario argentino, Cronista, ha hecho también sus propias pesquisas y cita a varios economistas que consideran que en 2014 el PIB de Brasil crecerá un 1%.

Además de los malos datos registrados en el apartado macroeconómico, hay que tener en cuenta el aspecto político. Durante las semanas previas al verano, Brasil ocupó las portadas de la gran mayoría de diarios extranjeros después de que las principales ciudades del país registrasen manifestaciones multitudinarias –algunas de ellas derivando en violentos choques con la policía- en donde se pedía el final de la corrupción política y algunas concesiones sociales, como la bajada del precio del transporte público.

El Gobierno, ante este panorama, parece preocupado. Hasta tal punto que esta semana el ministro de Hacienda, Guido Mantega, afirmó que la economía brasileña marcha «razonablemente bien», por lo que serían injustificadas las previsiones pesimistas citadas unas líneas más arriba.

“No se justifican las previsiones de que no vamos a crecer nada en el segundo semestre y que sólo creceremos 1% el próximo año. No tienen fundamento», afirmó Mantega en unas declaraciones realizadas ante periodistas tras reunirse con los dirigentes de la Confederación Nacional de la Industria (CNI). De acuerdo con el ministro, las inversiones volvieron a crecer y tanto los análisis del Gobierno como los del sector privado indican que varios sectores se están expandiendo sólidamente. «Podemos verificar que no sólo la economía creció razonablemente bien en el primer semestre, como que podrá seguir una trayectoria semejante en el segundo», afirmó.

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